Capitulo 9: Mentiras.
BELLA POVAl principio estaba en shock, mis ojos abiertos de par en par y mi corazón latiendo como si hubiera corrido una maratón. Los ojos de Edward también estaban abiertos y me miraban con ese algo que siempre hacia, era la misma mirada que tenía Jake.
Como si fuera posible, mi corazón latió aun más deprisa. Edward me ama, me dijo mi mente. Una inmensa alegría se extendió por todo mi cuerpo, lentamente cerré mis ojos y le correspondí al beso.
Sus labios eran fríos, pero a la vez calientes, descargaban en mi cientos de chispas de electricidad que hacia sacudir mi cuerpo. El beso era suave y tierno, lento y dulce, hacia que mis piernas de pronto se sintieran como gelatina. Sentía que mis piernas no iban a aguantar mi peso, por lo que apoye mis manos en el pecho de Edward.
Edward saco sus manos de mi rostro y los enredo a mí alrededor, levantándome un poco del suelo. No lo pensé dos veces y pase mis brazos por su cuello, atrayéndolo más a mis labios.
El beso era suave, lento, delicioso, pero sobre todo, dulce. Me estremecí cuando paso su fría lengua por mi labio inferior, pidiendo permiso a entrar a mi boca, que con mucho gusto se lo accedí. Nuestras lenguas salieron a un encuentro lleno de timidez, tanto por parte de él como de la mía. De a poco nos fuimos desenvolviendo en el beso, y de ser tímido, paso a uno demandante.
Su lengua se movía con maestría sobre la mía, pero no me iba a dejar domar por él. Me apreté aun más a su cuerpo y él me estrecho aun más.
-Bella…-murmuro contra mis labios-. Debemos…parar.
-No quiero- le bese una vez más.
-Yo tampoco quiero- me separó sonriendo-. Pero tenemos que hablar.
-Bien- acepte a regañadientes, pero no me aleje de él.
-Eres conciente de lo que siento por ti- aclaro y yo asentí- ¿Tu que sientes por mi?
-Que yo también te quiero- antes de darme cuenta de lo que estaba diciendo, Edward me estaba besando de nuevo
-Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero-murmuraba entre besos, que repartía por todo mi rostro, haciéndome cosquillas.
-¡Ya para!- reí un poco mas fuerte.
-De verdad, no tienes idea de lo feliz que me haces- acuno mi rostro y me miro a los ojos-. Tampoco del tiempo que llevo esperándote.
-Siento…- deslice mis manos hasta su pecho, y me entretuve con los botones de su camisa-. Siento que yo también te he estado esperando, mi cuerpo te conoce, igual que mi corazón, pero…-levante mis ojos hacia los suyos-…pero mi mente no te recuerda y es lo que mas me frustra.
-Entiendo- acarició mi mejilla con su dedo pulgar-. Pero le alegro que me recuerdes, te juro que are todo lo posible para que intentes recordarme, aunque, quizás, termines huyendo de mi lado.
-Escúchame- tome su hermoso rostro en mis manos-. Jamás, escúchame bien, Jamás me alejare de ti, no me importa si eres un alienígena.
-Eso me hace sentir un poco mejor- beso mis labios-. Pero ya lo veremos cuando te enteres.
Se sentó en la cama y me palmeo su regazo, sin siquiera pensarlo me senté sobre él, enrolló sus brazos sobre mi cintura y yo apoye mi cabeza en su hombro mientras él apoyaba la suya sobre la mía. Olisqueando el delicioso perfume que desprendía su cuerpo, por que tenía una idea de que no había ningún perfume con ese embriagador olor.
Me sentía completa en sus brazos, como si siempre hubiera pertenecido a ellos. Ahora lo sabía, lo entendía completamente, yo también quería a Edward, más de lo que imaginaba. Pero tengo miedo, miedo de que Edward desaparezca, de que él no sienta lo mismo por mi, miedo por Jacob, se suponía que lo amaba, pero en realidad no es así…
-¿Por favor dime en que estas pensando?-susurro Edward en mi oído, asustándome.
-En muchas cosas- suspire.
-¿Por ejemplo…?- me animo.
-En esto, en nosotros, en lo que se viene y lo que no quiero que venga-repentinamente me sentía mal.
-Jacob…-gruño Edward.
-Si, él es parte de…
-No, Jacob esta aquí- su cuerpo se puso tenso.
-¿Cómo que es aquí?
Me detuve al escuchar unos golpecitos en la ventana. Intente separarme de Edward, pero este me tenía muy bien sujeta a su cuerpo.
-Edward…-dije mientras forcejeaba con él.
-Por favor, no vayas- me estrecho contra su cuerpo.
Me debatí entre ir o quedarme con él, pero tenía que ir a ver a Jake, si realmente estaba ahí abajo era la mejor oportunidad para ir y hablar con él y terminar las cosas.
-Tengo que ir- dije mirándolo a los ojos.
Se me partió el corazón cuando lo mire a los ojos, estaba la viva imagen de la desesperación y el miedo. Edward tenía miedo de que me fuera con Jake y no volviera a él. Después de unos segundos y unos golpes más en la ventana, Edward suspiro y me soltó.
-Charlie esta durmiendo- me dijo en tono frío.
-Volveré, así que no te muevas- le orden-. Me tienes algunas cosas que explicarme.
Se quedo muy quieto en la cama y miro la pared del frente, sin expresión alguna, me dio la sensación de que no estaba respirando. Iba a preguntarle algo, pero recordé lo que tenía que hacer. Salí de mi habitación y sentí los suaves ronquidos de mi padre en su habitación. Fruncí el ceño y baje las escaleras lo más silenciosa y cuidadosa que pude, lo único que faltaba era que me tropezara y armara un escándalo.
En medio de la oscuridad vague por la cocina y fui directo a la puerta trasera. La abrí y unas manos me taparon la boca amortiguando el ensordecedor grito que hubiera pegado.
-¡Jacob! ¡Que mierda…!-no pude terminar ya que me interrumpió.
-¿Me quieres explicar que hace ese…-se detuvo a buscar la palabra adecuada-…aquí? ¿En tu habitación?
-¿Cómo sabes que esta en mi habitación?- fruncí el ceño confundida.
-Puedo olerlo- gruño.
-¿Olerlo?- de acuerdo, ahora si estoy confundida.
-Hazte a un lado- me empujo fuera de la puerta.
Gracias al empujón trastabille y casi voy de bruces al suelo, de no ser por unos fríos brazos me agarraron. Jacob tampoco llego muy lejos, había sido empujado fuera de la casa.
-Esa no es forma de tratar a una dama-la voz de Edward era serena y educada, pero cuando le vi a los ojos, un frío me recorrió desde el cuero cabelludo asta el último hueso de mi espalda.
-Es mi novia y la trato como se me da la gana- gruño Jacob, su voz sonaba temblorosa, me gire para verlo y todo su cuerpo estaba vibrando.
-Esa no es la respuesta adecuada, Jacob.
-Quítale tus manos de encima, chupasangre.
-¿Para que?- Edward me coloco detrás de él, como si fuera un escudo para mí- ¿Para que la lastimes como casi sucede hace unos segundos?
-¡Ella es mi novia y mi deber es protegerla de ustedes!- cada vez Jacob se convulsionaba más.
-Ella es mía- siseo Edward y se inclino hacia delante como si fuera a atacar a Jacob.
No iba a permitir que ellos pelearan, y mucho por mi. Aprovechando la distracción de Edward, me escabullí lejos de él y me plante entre medio de ambos, pero en ese momento el cuerpo de Jacob se distorsionó, la ropa salió volando para todos lados y un enorme lobo marón rojizo lo sustituyo.
El aliento se me atasco en la garganta, sentí algo duro golpearme en el estomago.
Luego todo se volvió negro.
Estaba parada en medio de un frondoso bosque, a mis costados había dos senderos. Estaba asustada, no sabía cual elegir, tenía miedo de elegir.
-Ven conmigo, Bella- una voz salió desde mi derecha, me gire y me encontré con Jacob parado en el sendero. Estaba vestido con solo un pantalón desgastado. Su mano estaba tendida en mi dirección y me miraba con dolor- Yo te cuidaré.
Gire mi cuerpo y comencé a caminar en su dirección…
-No me dejes, Bella- me pare en seco cuando escuche la voz de Edward, venía desde la izquierda, me gire para verlo, estaba tan impecable y hermoso, como siempre- No de nuevo. No soportaría perderte de nuevo.
De repente sus ropas cambiaron, de un traje moderno paso a uno antiguo, uno que yo ya conocía. Su mirada estaba plagada de dolor, mi corazón se encogió de solo verlo.
Di un paso hacia delante, fruncí el ceño por que mi ropa estaba pesada. Mire hacia abajo y me encontré con un vestido de época. Volví mi mirada hacia Edward, había desaparecido, igual que el bosque. Estaba rodeada de gente, bailando, vestidos de la época antigua en un enorme salón.
Me sobresalte cuando unas manos se posaron en mi cintura, cerré los ojos, conocía ese tacto, una de las manos inclino mi cabeza hacia un costado y corrió mi cabello, su nariz acariciaba mi cuello. Abrí mis ojos y vi que toda la gente nos estaba mirando, lo raro es que no sentí vergüenza. La gente sonrió y unos largos colmillos centellaron en sus bocas.
Me entro pánico y me gire entre los brazos de Edward, para que me protegiera, pero cuando mire su rostro el miedo se sintió peor, él también tenía esos horribles colmillos.
-Te he esperado tanto tiempo- se inclino hacia delante- Ahora podremos estar juntos- susurro en mi oído.
El miedo se disipó rápidamente cuando sentí sus colmillos perforar mi piel.
Me senté jadeando en la cama, tirando las colchas al suelo. Tenía la frente sudada y respiraba entrecortadamente.
-¿Bella?- me sobresalte al escuchar su voz, provenía de la mecedora de la esquina.
-¿Edward?-pregunte como tonta, en cuestión de segundo, él estaba a mi lado, sosteniendo mis manos- ¿Qué haces aquí?
-Oh, bueno…yo…-se rasco la cabeza-. Pensé que…olvídalo. Será mejor que me vaya, solo quería saber si estabas bien.
-Espera, espera- me aferre a su brazo cuando lo vi levantarse-. No te pedí que te marcharas, solo que me sorprendió verte aquí.
-Estaba preocupado por ti- se volvió a sentar y tomo mi rostro- ¿Cómo estas?
-Estoy bien-mentí.
-¿Segura?
-Si…-unas imágenes golpearon mi cabeza, Jacob y Edward a punto de pelear. Jacob y un lobo- ¡Jacob!
Edward se quedo mirándome serio, luego frunció el ceño.
-¿Jacob?-pregunto confundido.
-Si. Él estaba aquí, vino a verme, pero estaba raro, dijo muchas cosas que no entiendo y luego…-vino a mi mente la imagen de de Jacob distorsionada y cambiar a la de un lobo-…se transformo en un…lobo.
-Estabas soñando, Bella- se rió Edward.
-No, no estaba soñando. Lo vi- solté su agarre y me pare-. Él vino, tú me lo dijiste. Tú sabías que estaba afuera, igual que Charlie durmiendo- me estaba poniendo histérica.
-Has estado soñando, Bella- se acerco a mí y tomo mis manos-. Has tenido un sueño muy movido, no has parado de hablar-sonrió al ver que mis mejillas se teñían de rojo.
-¿Por qué estas tratando de eludirme?- ahora estaba molesta.
-No intento eludirte, amor- volvió a tomar mi cara entre sus manos y posó su frente en la mía-. ¿Por qué no te vuelves a dormir? Quedan un par de horas para que amanezca.
-No creo ser capas de volver a dormir-suspire por que había perdido la batalla.
-Inténtalo- susurro besando desde mi sien hasta el hueco debajo de mi oreja.
-¿Amor?- pregunte poco coherente.
-¿Qué pasa?-siguió bajando hasta mi cuello.
-Así me…llamaste
-¿Te molesta?- levanto su cabeza, sus ojos estaban brillantes, llenos de ¿lujuria?
Incapaz de contestar solo sacudí mi cabeza.
-Te quiero- rozo sus labios con los míos.
-Yo también- enrolle mis brazos en su cuello y estampe mis labios en los suyos.
El beso de ahora estaba cargado de otra cosa, había amor y dulzura, pero también había deseo y anhelo. Las manos de Edward corrieron por mi cintura, delineándola con sus largos dedos.
-Edward…-jadee contra su boca, él aprovecho ese momento para meter su lengua.
Un gemido se escapo de mi garganta, pero murió en la boca de Edward. Sus manos ahora estaban recorriendo mis caderas, haciendo que mi cuerpo se estremeciera. Me aferre a su cabello con todas mis fuerzas, mientras pegaba mi cuerpo al suyo.
De un momento a otro, estaba en la cama, con Edward sobre mi, besando mi cuello, lamiendo y succionando en ciertos puntos que hacia que vergonzosos sonidos escaparan de mi garganta. Instintivamente enrosque mis piernas en su cintura y fue mala idea, ya que el se detuvo.
-Me tengo que ir-susurro en mi oído.
-Quédate- le rogué, mi voz sonaba ronca, me la aclare-. Además es muy tarde, temo que te pase algo.
-Tonta, Bella- se rió, beso mi mejilla y deshizo la trampa de mis piernas-. No me pasara nada, también quiero quedarme, pero ¿Qué dirán los vecinos cuando me vean salir de la casa?- estaba por replicar donde se podían ir los vecinos, pero me corto con un dedo en los labios-. Bien sabes que en este pueblo los secretos no se guardan ¿Qué pasará cuando Charlie se entere…?
No termino la pregunta ya que se estaba riendo por que yo le estaba empujando fuera de la habitación. No tenía deseos de lidiar con Charlie y menos con los padres de Edward por haberlo acecinado.
-Te veo en unas horas- dije mientras lo empujaba.
-Puedo salir por la ventana.
-Quiero verte mañana en una pieza y no en el hospital.
-Supongo que debo hacerlo por ahora…-murmuro para si mismo.
-¿Qué dices?
-Nada- tomo mi mano y me llevo hacia la puerta de adelante-. Te veré mas tarde- me dio un casto beso en los labios-. Te quiero. Descansa.
-Te quiero-susurre mientras lo veía caminar por la oscuridad-. Por favor ten cuidado y tú también descansa.
Su fuerte carcajada resonó por toda la cuadra, haciendo eco por los bosques, escondí mi risa mientras me metía dentro de la casa. Cerré la puerta y me dirigí hacia la cocina a tomar un poco de agua, mire la puerta que llevaba al patio y las imágenes de mi "sueño" vinieron a mi mente.
Edward tiene razón, es solo un sueño ¡Como si Jacob se transformara en lobo!, me dije a mi misma y tuve que reírme de lo tonto que sonaba todo eso. Pero aun así me picaba la curiosidad, deje el vaso en la mesada y salí al patio.
No podía ver muy bien, pero logre distingue unas marcas en el césped mojado. Me acerque, la respiración se quedo atorada en mi garganta nuevamente, había un enorme arañazo en el suelo, camine un poco mas lejos y vi unas manchas negras en el suelo, me acuclillé para inspeccionar que era, mi corazón se freno y volvió a latir con rapidez y fuerza en mi pecho.
Era la ropa de Jacob, la que había visto hacerse trizas mientras el enorme lobo lo sustituía.
Me tomo un poco de tiempo recobrar la compostura.
Yo no había tenido un sueño, había sido real, yo lo había visto y vivido.
Jacob se había transformado en un lobo.
EDWARD POV
La palabra feliz no abarcaba con todo el sentimiento que tenía. Bella había correspondido mis sentimientos. Diciendo que también me quería, me había besado y casi llegábamos a algo más. Pero me había correspondido.
Me había elegido a mi por sobre el chucho. No pude evitar gruñir al recordar lo sucedido esa noche.
-Eres muy inteligente perro- le sisee mientras tomaba en brazos el cuerpo inconciente de Bella.
Le había propinado un golpe en el estomago para desmayarla, había visto como él se había trasformado. Golpearla me dolió más a mí de lo que de seguro a ella, ahora rezaba para que no quedara ningún moretón.
-¡He dicho que no la toques!- grito en su mente y se abalanzo hacia mí.
Salte hacia atrás, esquivando el zarpazo que me iba dirigido. Las garras del perro pasaron a centímetros de la cabeza de Bella, eso fue suficiente para que lo viera todo rojo.
Deje a Bella en el suelo, lejos de nosotros. Me agazape y me lancé contra el lobo, esquivando sus zarpazos y dientes. Le di con el puño en el hocico, haciendo que aullara de dolor. Me coloque sobre su espalda y enrosque mis brazos en su cuello, inmovilizándolo.
-¡Suéltame maldito parasito!- se removió entre mis brazos.
-No hasta que te calmes- le apreté aun más fuerte.
-¿Quieres que me calme?- pregunto irónicamente- ¿Para que mates a Bella?
-Tu eres el que casi la mata-gruñí estrangulándolo un poco más-. Eres incapaz de estar a su lado sin alterarte ¿Qué pasa si la terminas lastimando?
Su cuerpo se relajo por completo y su mente reflejo la imagen de una muchacha con la mitad de la cara deformada por unas cicatrices. De repente la cara se transformo en la de Bella, en una llena de pánico.
Solté mi agarre cuando me di cuenta de que no iba a hacer mas nada, su cuerpo se había relajado tanto que estaba tirado en el suelo, mirando en dirección a Bella, la imagen de ella creada en su mente lo estaba atormentando.
La noche estaba más fría que de costumbre y Bella estaba acostada en el suelo. Avancé unos pasos en su dirección hasta que escuche unos gruñidos.
-No me alteraría si tu no estuvieras a su alrededor- dijo Jacob, de un salto volvió a pararse.
-Como te dije antes, ella es mía- ignorando su mente tome a Bella en brazos.
-¡Ella no es tuya!- grito con su mente a punto de saltar sobre mí, pero esa imagen lo hizo retroceder- Tu ni siquiera le conoces…
-Créeme que si, le conozco y mucho mejor que tu-le corte y me dirigí hacia la puerta
-Llevas unos pocos días en el pueblo y de haberla visto.
-Te sorprendería lo mucho que hemos vivido juntos- me gire para verlo-. Vete, Jacob.
El lobo me miro contrariado y confundido, él no aceptaba órdenes de nadie, pero sus ojos iban de mi rostro al de Bella. Su cabeza cayó y soltó un bufido.
-Miéntele- me pidió aun con la cabeza gacha-. Miéntele de lo que vio esta noche. No te lo pido por mi, si no por ella. Se entera de mi secreto y tú te hundes conmigo.
Gruñí por la verdad de sus palabras.
-De acuerdo.
Luego de eso Bella y yo habíamos pasado a un punto, un tanto, delicado de nuestra relación. Pare en seco en medio del bosque. Nuestra relación, repitió mi mente, nosotros no estamos saliendo, me recordé a mi mismo. Golpee un árbol que estaba a mi lado y este cayo al suelo con un fuerte chasquido que retumbo por gran parte del bosque.
Bella había aceptado mis sentimientos, y los había correspondido, pero eso no significaba que estuviéramos juntos en una relación de novio y novia. Ella aun tenia en su corazón a…ese chucho.
Suspiré frustrado y golpee otro árbol, y otro, y otro…
-Desquitarte con la naturaleza no resolverá tus problemas- dijo la suave y acampanada voz de Alice.
-Muéstrame el camino, Oh adivina Alice- extendí mis brazos al aire teatralmente, ella rodeó y sonrió.
-Se te nota feliz, a pesar de algunos inconvenientes- se sentó en el árbol que había tirado.
-No te das una idea- me senté a su lado-. Es tan… irreal.
-Me alegro, de verdad- tomo mi mano y la apretó-. Por fin te veo sonreír de verdad.
-Gracias- una sonrisa se escapo de mis labios.
-No tenías que haberle mentido a Bella respecto a Jacob- me reprendió.
-Ya sabía que no venias por eso-sacudí la cabeza.
-¿Ahora eres el clarividente?
-Me bloqueabas tu mente-me encogí de hombros-. Y lo hice por Bella.
-¿Qué pasara cuando se entere de que le mentiste?- me miro con gesto preocupado.
-Hare lo que sea para retenerla-dije serio mirando hacia la oscuridad del bosque-. Siempre y cuando ella no huya de mí.
-Esperemos- susurro-. No veo nada.
-Creo que esta vez tu don no me puede ayudar en esto- sonreí mirándola.
-Igual cuando ella apareció en la cafetería- frunció el ceño-. Ese día estaba acompañada del lobito.
-¿Qué estas pensando?
-Que no veo las decisiones de Bella, es como si su futuro desapareciera y es cada vez que esta al lado de ese perro- refunfuñó cruzándose de brazos.
-Ya se solucionara, no puedes estar en todas- pase un brazo por sus pequeños hombros, atrayéndola a mi y besando su cabeza.
-Si, se que todo terminara bien-beso mi mejilla-. Debe terminar bien.
Luego de eso volvimos a la casa y nos alistamos para ir al colegio. Iba a pasar por Bella, pero Alice me dijo que ella la había llamado de que no iría hoy al instituto ya que no se sentía bien. Me preocupe por su salud, temía que un resfriado la estuviera atacando y el pánico que embargo…. Ella había muerto a causa de una gripe…
-Sea lo que sea que estés pensando deja de hacerlo y cálmate- me grito Jasper en su mente, me había olvidado que él puede sentir mis emociones.
-Lo lamento.
Como hoy no iría por Bella, todos decidieron ir en mi auto. Conduje a más velocidad de la normal, apretaba de vez en cuando el volante, estaba sumamente preocupado por Bella.
-Edward…-siseo Jasper desde el asiento de atrás, mirándome con desaprobación.
-Lo siento, pero no puedo, te la aguantas- dije entre dientes, pisando un poco mas el acelerador.
Mis hermanos nos vieron con el ceño fruncido a causa de la confusión de nuestra pequeña conversación.
Llegamos al instituto y una fuerte lluvia comenzó a caer, Alice y Rosalie entraron corriendo, como todos los estudiantes, a sus edificios correspondientes, mientras mis hermanos ibas saltando de charco en charco. Tome mi mochila y camine hacia mi primera clase, antes de entrar tome una bocanada de aire y me llego el olor de ella, mezclado con la lluvia.
Me gire bruscamente para buscarla, estaba parada en medio del aparcamiento, completamente empapada. Corrí, como humano, hasta donde estaba ella.
-No deberías estar…-comencé pero ella me interrumpió.
-¿Por qué me mentiste?- sus mejillas estaban sonrojadas y su pecho subía y bajada rápidamente, sus manos estaban apretadas en puños y su cuerpo temblaba levemente.
-¿Por qué me mentiste con lo que pasó anoche?- espetó ente dientes- ¿Por qué me mentiste en que no había venido Jacob?
-Bella…
-¡Contéstame!-grito y no supe que decir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario