viernes, 19 de noviembre de 2010

cap9-VTOM

Capitulo 9
EDWARD POV
Me apresure a bajar las escaleras y los encontré a todos ya acomodados en los sillones de la sala. Decir que la situación era cómica, no era adecuado por lo que esperábamos saber, pero la cara de Alice, completamente arrugada en una mueca de molestia, hacia el ambiente cómico.
-Hola, Carlisle- salude a mi padre con un apretón de manos y un abrazo-. Bienvenido a casa.
-Gracias, hijo
-¡Oh, por favor!-exclamo Alice poniéndose de pie, asustando a Jasper- ¿Quieren dejar la hora de amor para después? ¡Habla ahora, Carlisle!
Mi padre sonrió y luego suspiro poniéndose serio al instante, tomo asiento nuevamente al lado de Esme y se aclaro la garganta, como si fuera necesario. Yo por mi parte me senté en el brazo del sillón donde estaba Emmett y Rosalie.
-Bueno- comenzó mi padre-. Traigo noticias tanto buenas como malas, en su mayoría malas.
El semblante de Esme se puso mas preocupado aun, a ella le importaba lo que podría pasarnos a todos nosotros. Hubo un breve silencio y luego continuó.
-Los Vulturis están escondiendo un vampiro, uno con poderes bastantes grandes, de lo contrario no estaría oculto al resto de los vampiros del castillo- miles de pensamientos empezaron a flotar en la habitación, eran ensordecedores, los bloquee instantáneamente para poder escuchar a mi padre.
-He llagado a pensar de que sea el poder que bloquea las visiones de Alice- la nombrada pego un pequeño salto en su lugar, tomando la mano de su esposo.
-No solo esconde un vampiro-continuó-. El primer día que llegue me encontré en la entrada a Felix, él estaba con una chica, una humana. Estaba con Bella.
El silencio que se creo en la estancia fue tanto verbal como mental, incluso yo estaba en shock. A pesar de que Alice y yo tuviéramos nuestras sospechas, de que yo mismo lo había confirmado con esa especia de conexión que tuvimos, la noticia me pego duro, realmente no la esperaba, temía que lo que había vivido fuera una mentira o que mi mente me estaba jugando una mala pasada por querer tanto a mi pequeña Bella. Pero simplemente no esperaba que fuera verdad…no lo esperaba.
El silencio se rompió abruptamente por el grito de alegría de Alice
-¡Lo sabía, lo sabía, lo sabía!-Alice gritaba y saltaba por todos lados- ¡Te lo dije, Edward! ¡Sabía que Bella no estaba muerta!
Mi cuerpo empezó a experimentar una emoción rara. Sentía que mi muerto corazón, volvía a latir desesperado, había muerto por segunda vez cuando nos enteramos de la "muerte" de Bella. Y no solo era yo quien estaba completamente feliz de la noticia, podía ver un brillo en los ojos de mis hermanos, que se habían apagado desde la partida de nuestra niña.
-¿Estas seguro, Carlisle?- pregunto Esme con sus ojos anegados en lágrimas, mi padre asintió.
-Aunque solo la vi un segundo, su olor era inconfundible, mucho mas potente que de niña, pero era ella. Felix intento ocultarla de mi vista, incluso de mi olfato, pero la pude identificar- a pesar de la noticia, Carlisle estaba serio.
-Entonces si Bella esta viva… ¿Cuántos años tendría?-Emmett estaba contando con sus dedos.
-Dieciocho- contestamos Alice y yo al unísono.
-Eternos dieciocho-murmuro Carlisle.
-¿Qué?-preguntamos confundidos.
-Felix llevaba a Bella a una sala donde Aro la estaba esperando, para convertirla.
-¡¿Qué?- grite poniéndome de pie- ¡¿Por qué? ¡¿Para que?-exigí saber.
-Por favor, cálmate, Edward.
-¡¿Cómo me pides que me calme con semejante cosa?- veía todo en rojo y estaba más que seguro que mis ojos estaban completamente negros. Ondas de tranquilidad me inundaron, pero las rechacé a todas- ¡No intentes calmarme, Jasper!
-Sabes que no llegaras a ningún lado enfureciéndote, Edward - dijo Jasper- Ahora, cálmate- Volvió a tirarme ondas, un poco mas cargadas que las anteriores, y las tome a regañadientes.
-Contestando tus preguntas, hijo- me miro-. No tengo la menor idea. Ella y Felix no volvieron al castillo, por lo menos hasta que yo me fui. Estoy seguro que la mantuvieron lejos de mí para que no la reconociera.
-Entonces fueron ellos los que mataron a la mama de Bella y…la casa…oh, mi pobre bebe-sollozo Esme.
-Tenemos que ir a buscarla- dije ya un poco más tranquilo.
-No.
-¿Por qué no?-apreté los dientes, la furia estaba volviendo...
-No iras solo a ese castillo por Bella, Edward. Te mataran y lo sabes- intento razonar Carlisle.
-¿Y quien dijo que ira solo?- mire sorprendido a Rosalie que hablaba por primera vez.
-Estoy de acuerdo con Rose- dijo Jasper.
Mire a mis hermanos y todos estaban decididos a acompañarme a buscar a Bella, todos estaban molestos por lo que habían echo con ella…
-Esperen un momento-dijo Esme-. Yo también quiero ir a buscar a mi niña, pero por más que vayamos los siete, no tendremos oportunidad contra ellos. Todos poseen dones, yo opino que no nos arriesguemos, aun…- Esme se giro para ver a Carlisle quien asintió con la opinión de su esposa-. Y eso no es lo único que me preocupa.
-Se lo que estas pensando- coincidió Carlisle-. ¿Quién les informo sobre Bella? Por que vinieron justo a su casa, y no la mataron, la conservaron. Y por el único motivo por lo que ellos se la quedarían, es por que tiene un don. Uno bastante poderoso.
-Estas diciendo ¿que alguien nos acuso de que la cuidábamos?-pregunto Jasper.
-Es lo mas seguro.
-¿Pero quien?-murmure en voz alta. Todos en la sala se quedaron callados, meditando y pensando quien pudo haber avisado a los Vulturis de que nosotros cuidábamos a una niña humana.
-Me vendieron…-murmuro Alice- La visión…la que se quemaba nuestra casa, ¡es Bella la muchacha!
-No digas tonterías, Alice- intervino Emmett molesto- ¿Por qué Bella querría quemar nuestra casa?
-Ella decía que la vendimos- comencé a pensar-¿Qué la vendimos a quienes? ¿A los Vulturis?
-Es lo más probable- coincidió Alice-. Quizás piense que nosotros fuimos quienes la mandamos a matar…
-Eso no tiene sentido- dije-. Ella sabe que nosotros jamás haríamos semejante cosa. Nosotros la cuidamos…
-Tanya…-todos nos giramos a Rosalie quien tenia la cara sombría- Ella y el clan Denali sabía de Bella. Y ella en especial le tenía odio a Bella.
-Lo he visto- murmuro Alice- Ella no sabe nada.
-Si lo que Carlisle dijo es verdad- dije poniéndome de pie, nuevamente- No podemos confiar en tus visiones, así que lo mejor será que vayamos a ver a Tanya personalmente.
Sin esperar a que nadie me dijera nada, subí a mi habitación, me cambie de ropa y baje a la cochera a sacar mi auto. Estaba realmente enfadado, si Tanya había acusado a Bella con los Vulturis…que Dios se apiadara de ella con lo que le podía llegar a hacer.
-Será mejor que te acompañe, temo que hagas algo que termine desatando una guerra entre nosotros- dijo Alice parada al lado del Volvo.
-Nada mejor que tu compañía, Hermana- sonrió y salto dentro del auto.
-Los demás están planeando como ir a Volterra y recuperar a Bella-me informo preocupada.
-Lo se- pise el acelerador y las ruedas rechinaron en la loza de la cochera.
-Aun tengo la visión de Bella.
-¿Cuál?
-La que viene a quemar la casa- dijo agachando la cabeza-. La visión sigue siendo borrosa, pero cada vez es más frecuente, yo creo que es la decisión de Bella.
-¿Piensas que ella quiere destruirnos?-me gire para mirarla.
-Bueno, no lo se. Quizás alguien le este manipulando…
-Si, debe ser eso.
No volvimos a hablar en todo el viaje y se lo agradecí, realmente estaba muy enojado, esos canallas de los Vulturis habían puesto a mi niña en nuestra contra y lo peor de todo era que la habían condenado a una miserable vida, condenaron su inocente y hermosa alma, a una no vida, a alimentarse de humanos, por que era claro que ellos les enseñarían a comer humanos, no animales.
Pise el acelerado a fondo y presione el volante entre mis manos, hasta que mis nudillos de pusieron mas blanco de lo normal. Como sea, tengo que sacar a Bella de ese lugar y enseñarle yo mismo como sobrevivir en este mundo que ella no eligió.
En menos de cinco horas nos encontrábamos en Alaska, y otra hora mas nos tomo llegar a la casa de los Denali. Aparque descuidadamente el auto y baje caminando a grandes zancadas, antes de que pudiera llegar a la puerta, esta se abrió y un par de brazos de enrollaron en mi cuello.
-¡Eddy!- chillo- ¿Por qué no me dijiste que vendrías? ¡Oh, no importa! ¡Estas aquí!
-No vine de visitas, Tanya-mi cortante voz y enojo era evidente, ya que Tanya se alejo automáticamente de mí.
-¿Qué pasa, Edward?- inclino la cabeza hacia un costado, mirándome inocentemente.
-Creo que sabes que me pasa- mis dientes estaban tan apretados que, hasta cierto punto, dolían.
-Si lo supiera no te estaría preguntando- puso sus manos en la cadera y me miro molesta.
-Lo que Edward quiere decir, Tanya- intervino Alice- Es que sospechamos que tu vendiste a Bella.
-¿Bella? ¿Quién es Bella?- su entrecejo se frunció aun más y mi ira aumento- ¡Oh!- extendió la palabra-. La niña a la que cuidaban ¿yo? ¿Venderla con quien?- ahora su semblante cambio a uno de total confusión.
Busque en su memoria y no encontré nada, ella recordaba a Bella, y sus peleas ridículas, incluso la última travesura que le había echo Bella, pintándole el cabello de diferentes colores, pero luego de eso no había nada más.
-¿Pasa algo, Edward?- ese era Eleazar, estaba en el umbral de la puerta, junto a Carmen.
-Tenemos algo que contarles- dijo Alice.
Y todos entramos en la casa, les comentamos de lo que Carlisle había averiguado, el vampiro escondido, las visiones de Alice, Bella, todo, absolutamente todo. Y yo en todo momento estuve pendientes de las mentes de los cinco vampiros, buscando en sus recuerdos si ellos habían dicho algo, pero no encontré nada.
-Yo recuerdo a la niña y aun no me quito de la cabeza que haya querido matarla por arruinar mi cabello, pero en fin, era una niña y hacia travesuras- dijo Tanya muy madura, sorprendiéndonos a todos
-Entonces…. ¿Quién les ha dicho a los Vulturis?- me pregunto Alice y yo me encogí de hombros.
-Bueno…- comenzó Eleazar- si este vampiro escondido, tiene el poder de bloquear las visiones de Alice, puede que también tengan otro vampiro que la haya visto con algún don, por lo menos eso es lo que pienso
-¿Nos ayudaran?-pregunte, quizás si uníamos fuerzas podríamos vencer o algo contra los Vulturis.
-Claro…
-Yo no- interrumpió Tanya.
-¿Por qué no?- inquirió Alice.
-Veamos…-puso una dedo en su mentón y se hizo la que pensaba- ¿Será por que esa niña no es de mi incumbencia? ¿Por qué no quiero arriesgar mi pellejo por ella? O ¿Por qué no quiero terminar como la estúpida de mi madre?- sacudió la cabeza lentamente-. La verdad no logro decidirme.
-Se entiende sin el sarcasmo- dijo Alice entre dientes apretados.
-Se que me arrepentiré toda la vida de decir esto pero…-dijo Irina-. Mi hermana tiene razón, yo tampoco quiero terminar como nuestra madre.
-Yo estoy con ellas- coincidió Kate.
-¡Chicas!- las reprendió Carmen.
-Tu sabes bien como era nuestra situación antes, Carmen- Tanya se había puesto de pie y caminaba hacia su habitación- Lo siento, Edward. Pero yo no ayudare, de verdad lo lamento- sin decir más desapareció de mi vista y me sentí mal por tener tan poco tacto con ella.
-Tanya es la que mas sufrió con la muerte de nuestra madre- dijo Kate.
-Lo se- me puse de pie y seguí a Tanya, me iba a lamentar, pero le debía una disculpa.
Cuando llegue a la puerta de su habitación escuche un leve sollozo y mi remordimiento aumento, la cosa que mas detestaba era ver, o escuchar, a una mujer llorar y mas si era por mi culpa. Sin tocar la puerta, entre en la habitación y abrace a Tanya.
El rosa chillón del cuarto lastimo mis sensibles ojos pero se recuperaron rápidamente. Tanya enrollo sus brazos en mi cintura y hundió su cara en mi pecho, ahora esta sollozando un poco más fuerte.
-Lo lamento- comencé a disculparme-. Fue muy grosero de mi parte acusarte de…algo que no has hecho y también por pedirte ayuda y hacerte recordar viejos tiempos- si, era un idiota.
Ella no me contesto, solo sollozo una última vez. La apreté un poco mas fuerte y descanse mi cabeza en la suya, dándole pequeños masajes en su espalda.
-Pero que caballeroso eres, Eddy-esa era la voz mental de Alice, con demasiado sarcasmo-Ahora cuando no te la puedas quitar de encima, me dices, así Emmett y yo nos burlamos hasta el cansancio.
Reprimí un gruñido, por primera vez en lo que iba conociendo a Tanya, y estaba cerca de ella, no tenia pensamientos sexuales conmigo. Solo pensaba en su madre y en cuanto la extrañaba. Y por primera vez sentí pena por Tanya y…
-¡Suéltala, Edward!- grito Alice- ¡Si la compadeces se va a agarrar de ahí! ¡No te atrevas a bloquearme!
Suspire cuando la bloquee y permanecí en la misma posición con Tanya. Aunque mi cuerpo estuviera con ella, mi mente estaba en otro lado, elaborando miles de planes para ir en busca de mi niña. Sea, como sea, iba a ir por Bella y traería conmigo a la fuerza, no sin antes golpear a unos cuantos Vulturis.
BELLA POV
-Gracias-dije contra el pecho de Felix, él aun me estaba acunando, no tengo idea de cuanto tiempo había pasado desde que estábamos en esa posición
-Siempre estaré a tu lado, me necesites o no- beso mi cabeza y apretó su abrazo.
-Lamento haberme comportado como una…loca- me enderece un poco.
-La verdad es que no esperaba que entraras en ese estado- acaricio mi mejilla-. Es raro que nosotros entremos en ese tipo de…crisis.
-¿Puedo alimentarme de otra sangre que no sea humana?-el solo pensar que tendría que volver a hacerlo, un escalofrío sacudía mi cuerpo, violentamente.
-Si, por supuesto que si- dijo con tono sombrío-. Pero esa sangre no te mantendrá fuerte.
-¿Qué tipo de sangre es?- me importaba muy poco si me hacia fuerte o no, mientras que no matara humanos, lo demás no importaba.
-Sangre de animal- arrugo su nariz como si algo oliera mal, fue cómico-. Es asquerosa, pero…te mantiene en tus cabales. Eso es de lo que alimentan los Cullen.
-Genial…-susurre.
En realidad no me importaba con lo que se alimentaran los Cullen, me preocupada por lo que me pasaba a mí, lo demás no importa. Nada que no sea yo, o Felix, lo demás esta de más…un cero a la izquierda.
-No estoy en contra de los que se alimentan de animales, pero…
-Si, lo se- le interrumpí, acariciando su barbilla-. A ti no te gusta, no te preocupes, tú no comerás eso, aunque, claro, me gustaría que no mataras humanos.
-No quiero hablar de mi alimentación, Bella- zanjo el tema- ¿Cómo estas?
-Eh….bien- mentí, en realidad no me sentía para nada bien, el remordimiento aun estaba en mi interior, esperando a consumirme. Y como si las cosas fueran a peor, los recuerdos de lo que había echo a esas personas, poco a poco revivían en mi mente.
-Sabes que eres mala mentirosa- sonrió-. No te preocupes, yo quitare esos feos pensamientos y sentimientos de tu cuerpo.
Sin esperar a que contestara, aplasto sus labios con los míos, moviéndolos con infinidad de ternura y amor. Tanta que casi, casi, se hace llorar, aunque claro, eso jamás pasaría.
(Hasta aquí para los que no quieran leer el lemmon)
Poco a poco fue acostándome en la cama, sin despegar nuestros labios. Una vez que estuvimos acomodados, él arriba y yo abajo, profundizo el beso pidiendo permiso, antes, con su hábil lengua. Gustosa le di el acceso y ambas lenguas danzaron juntas. El hormigueo que sentía en mi estomago era mágico, pero no era lo que había sentido con….
Me separe bruscamente de los labios de Felix, me posicioné sobre él a horcajadas y situé mis labios en su cuello, donde comencé a lamer, succionar y morder. Tenía que sacar ese raro sueño, o lo que sea que haya sido, de mis pensamientos. Yo amaba a Felix, yo deseaba estar con él, no con otro vampiro, no con un traidor.
Mis manos viajaban por todo su ancho y musculoso torso, acariciando sus músculos suavemente, baje mis manos hasta que me tope con el dobladillo de su camiseta y, con un rápido movimiento, la rasgue tirando por alguna parte de la habitación.
Un ronco gruñido escapo de los labios de Felix y volvió a situarse sobre mi, arrancando mi camiseta también. Ambos sonreímos y nos unimos en un nuevo beso, ahora más apasionado que el anterior, cargado de deseo y necesidad. Algo que hace mucho nos estábamos reprimiendo.
Con desesperación nos desprendimos de las demás prendas y nos dedicamos a besar el cuerpo del otro, aunque yo no pude hacer mucho ya que Felix se estaba entreteniendo con mi cuerpo.
Lamió mi cuello, como yo lo había echo con él. Luego bajo por mis hombros, depositando dulces besos, bajo por mis pechos, donde se entretuvo con cada uno, tomándolos con la boca y las manos. Mientras su boca degustaba mi pezón, recorriéndolo con su lengua con caricias circulares, su mano masajeaba el otro. Una vez que termino de torturarlos, y torturarme, bajo lentamente por mi estomago hasta llegar a mis caderas. Como respuesta me arquee al pensar en lo que se venía.
Sus manos abrieron delicadamente mis piernas, por un rato se dedico a besar el interior de mis muslos, hasta llegar al centro de mi cuerpo. Donde lamió repetidamente e introdujo sus dedos, haciendo delirar de placer. Sus movimientos eran tan rápidos y placenteros que pronto llegue a un exquisito orgasmo.
Mi respiración era entrecortada, y trataba de buscar aire, innecesariamente. Feliz gateo, seductoramente, hasta llegar a mis labios nuevamente, haciendo degustar mi propio sabor.
-Ni creas que he terminado contigo-me susurro en mi oído.
-Ni siquiera puedo pensar con claridad-susurre y él rió entre dientes.
Se posicionó entre mis muslos e introdujo la punta de su pene, pero antes de continuar me miro.
-Si quieres que paremos tu solo…-no deje que continuara ya que enrollé mis piernas en su cintura y yo misma lo introduje dentro de mí.
Solté un grito de dolor por la intromisión y él soltó uno de excitación y frustración.
-¡Demonios, Bella!-susurro gruñendo, intento salir, pero apreté mi agarre-. No tendrías que haber echo eso…
-Cállate- sonreí y moví mis caderas en un suave fricción, lo sentí sacudirse y se movió junto a mi.
-No sabes cuanto esperaba esto- dijo besando mis labios y aumentando la velocidad de las embestidas.
Ahora me encontraba gimiendo a los gritos, sin importarme si los demás en todo el castillo nos estaba escuchando. Me aferre a la cabecera de la cama y un crujido sonó por la habitación y luego un sordo golpe. Ambos sonreímos y él me acomodo sobre él, haciendo que lo cabalgara.
Salte de manera frenética con ayuda de él, sus manos estaban apoyadas en mis caderas y las subía y bajaba para darme impulso. Más pronto de lo que quería el orgasmo llego para ambos y caí rendida sobre su pecho.
(Fin del lemmon)
-Wow…-murmuro con voz entrecortada- Jamás, en todos mis años, he tenido tan buen sexo.
-Ya has estado con otras vampiresas-susurre en el mismo estado que él, su enorme mano trazaba diferentes dibujos en mi espalda.
-Si- dijo un poco tenso, quizás, pensando en como reaccionaria, pero no me molestaba en absoluto-. Pero hoy he llegado a una conclusión.
-¿Puedo saber cual es?- levante un poco mi cabeza para mirarle, tenía la mirada perdida por alguna parte de la habitación, también tenía una sonrisa de satisfacción en la cara.
Cuando pregunte él me miro y pude ver un brillo en sus ojos.
-Que hoy acabo de hacer el amor y no echar un simple polvo- tomo mi cara entre sus manos y me beso con la misma ternura de hacia unos minutos antes- Te amo- murmuro contra mis labios y yo sonreí como tonta.
-Yo también- le deposite un beso y mire a nuestro alrededor.
Las estanterías con libros estaban inclinadas hacia un costado, y otras en el suelo, y los libros esparcidos por el suelo. Me di cuenta de que estábamos muy cerca del suelo.
-Has roto la cama- intento disimular la risa, pero no pudo controlarse y comenzó a carcajearse.
Si no fuera un vampiro, ahora estaría mi cara pintada de al menos unos cincuenta tonos de rojos, casi llegando al morado. Agradecía enormemente ser vampiro ya que podía esconder mi vergüenza
-Ha sido, también, culpa tuya- le pegue en el hombro.
-Yo no fui el que me agarre de la cabecera tan fuerte que la termine partiendo.
-Yo no era la que embestía como una bestia a una virgen- me defendí, haciendo que él riera aun más fuerte.
-Te ha encantado, no te quejes- me abrazo y se coloco nuevamente sobre mi, no hacia falta ser un lector de mentes para saber que era lo que quería.
-¿Tienes pensado tirar la habitación abajo?- sonreí juguetonamente.
-Sobreviviremos, ya sabes-beso mi cuello-. Te dije que aun no he terminado contigo.
Sin reclamar, discutir o impedírselo, acepte gustosa las próximas rondas, por que sabía que no sería una sola.
-Oh, por cierto- levanto la cabeza para mirarme-. Mañana empieza tu entrenamiento.
En cuanto lo menciono sonreímos, ya que sabíamos que era la hora de patear el trasero de Demetri.
Estaba ansiosa por ese día y por los que venían.

No hay comentarios:

Publicar un comentario