viernes, 19 de noviembre de 2010

cap3-VTOM

Capitulo 3
BELLA POV
Me encontraba caminando por los fríos y antiguos pasillos de la mano de Felix, quien me guiaba. Sus dedos estaban entrelazados con los míos, a pesar de que estaban fríos, eso era lo que menos me incomodaba, la verdad me sentía un poco cohibida por la cercanía que había llegado a tener con un desconocido.
Jamás había conocido a Felix, tampoco recordaba haberme cruzado con él, pero con tan solo haberme topado con él y mirarlo una sola vez, me hacia sentir segura y…atraída a él ¿Cómo me podía sentir de esa manera con un vampiro que no conocía? ¿Esto es a lo que se le llama amor a primera vista?
-Ya llegamos- la voz de Felix me sacaron abruptamente de mis pensamientos-. Realmente espero que no te importe dormir en la habitación de un vampiro.
Estábamos parados al frente de una puerta, él mantenía la mano apoyada en el picaporte y me miraba entre nervioso y apenado.
-No me…
-Mi habitación- me interrumpió al tiempo que abría la puerta.
Al principio me quede estática en mi lugar mirando la amplia y luminosa habitación. Esta era su habitación, si antes me sentía cohibida ahora no sabía que sentir.
Tome una bocanada de aire y entre vacilante a la habitación, mirando todo a mí alrededor. Había una enorme cama en el centro, al frente había una pantalla plasma debajo de esta había un mueble llenos de DVD´s, había unos cuantos estantes con libros y música, un escritorio con una moderna computadora y una hermosa alfombra de color negro que ocupaba todo el piso. Pero de pronto me agarro un ataque de risa.
-¿Qué es gracioso?-cerró la puerta y camino hacia la cama, donde se saco la capa. Llevaba un pantalón desgastado y una polera negra, que se le ceñía muy bien al cuerpo.
-Faltan los poster de muchachas en bikinis arriba de autos o motos lujosas, también algunas pesas de diferentes tamaños esparcidas por todo el suelo- él tenía el aspecto de todo chico fortachón y machista.
Él rompió a reír conmigo y se sentó en la cama, palmeando a su lado, invitando a sentarme. Vacilante le obedecí.
-¿No tienes miedo?-pregunto una vez que me senté en la cama.
-La verdad, no- confesé-. Pero no voy a negar que estoy sorprendida.
-Por lo general los humanos, gritan, corren, se desmayan o hacen las tres cosas a la vez-dijo divertido.
-Siempre me considere una persona extraña y con una suerte muy mala.
-Bella…-me miro ahora con semblante serio-¿Ya lo has decidido?
-¿Decidir que?- le mire confundida.
-De convertirte en una de nosotros.
-Oh…-baje la cabeza, había olvidado ese detalle tan importante.
-Si me pides mi opinión-levanto mi cara con una de sus frías manos-. Me encantaría que te convirtieras, pero…-soltó mi sonrojada cara y se recostó contra los almohadones-…este no es un buen lugar para que tu vivas.
-¿Tengo alguna otra opción?-pregunte sabiendo la respuesta, no podía escapar
-Lamento decir que no-me contesto con una sonrisa de disculpa-. En serio, conviértete, no quiero que mueras.
Se acerco a mí y me rodeo con sus enormes brazos, no en que momento le correspondí, pero me encontraba hundiendo mi cabeza en su duro y fuerte pecho ¿Qué era lo que me estaba pasando? ¿Por qué me sentía así?
-¿Tu también te sientes extraña?-su voz apenar era un susurro, pero era perfectamente audible en aquel silencio.
-¿Con respecto a que?-pregunte confundida sin alejarme ni un centímetro de él.
-De esto- me apretó un poco más fuerte. Ahora entendía a que se refería, increíblemente estábamos pensando en lo mismo.
-Se siente raro, pero no por eso desagradable- dije levantando mi cabeza para verlo sonreír.
-Es verdad…-hundió su cabeza en mi pelo y aspiro sonoramente, luego boto todo el aire acompañado de un gruñido, eso me hizo estremecer-. No quiero que pienses que soy un pesado por estar hablando del mismo tema, pero realmente tu decisión me tiene preocupado.
-Déjame pensarlo un momento.
Lo medite unos minutos, realmente no sabía que era lo que significaba convertirme, sabía que se trataba de ser un…vampiro, pero no sabía en que consistía eso, y era lo que más me asustaba.
Tampoco quería morir, aun no. No por que fuera joven y tuviera toda mi vida por delante, eso realmente no me importaba, no me importaba estar con vida si mi mamá estaba muerta y… por culpa mía. No, definitivamente yo aun no debía morir, por lo tanto la decisión estaba tomada.
Me separé un poco de Felix, él no dijo absolutamente nada, me dio el privilegio de poder pensar tranquila. Me sentía mucho mejor y más relajada cuando sentía sus fríos dedos enrollarse en mi cabello.
-Entonces…me convertiré- dijo decidida, pero mi voz flaqueo y pareció llena de , tengo asuntos importantes a los que atender.
-Los Cullen- afirmo, cerrando los ojos.
-¿Cómo lo sabes?- era claro que estaba sorprendida.
-Bella…-se rió-. Los vampiros tenemos los sentidos mucho más desarrollados que los de un simple humano- me aclaro-. Por más que tú estuvieras en la otra habitación con los amos, nosotros pudimos escuchar todo. Y déjame decirte que estoy muy sorprendido.
-¿Perdón?
-Los Cullen son los vampiros mas humanos que he conocido-hizo una mueca-. Ellos…no se alimentan de las personas, comen animales-arrugo cómicamente la nariz-. Conviven con los humanos, como si ellos también lo fueran, Carlisle es un doctor, ¡un doctor!, ¿Te lo puedes imaginar? Todo el tiempo oliendo la sangre de las persona y ni se inmuta…simplemente…no lo entiendo.
-¿A que te referías cuando dijiste que estabas sorprendido? ¿A que?
-Veras, los Cullen…no están de acuerdo con las leyes de nuestros amos- noté como me incluyo en el hubiera encantado ver como rogaban por sus vidas, por eso decía que me habían sorprendido.
Baje mi cabeza imaginándome, nuevamente, a…los Cullen vendiéndome. Cerré mis manos en puños que descansaban en mi regazo y sentí las lágrimas agolparse en los ojos, pero esta vez no de tristeza, si no de la rabia que tenía.
-Lo lamento-dijo Felix, colocando nuevamente sus manos en mi cara, levantándola-. No quise…
-No te preocupes-le corte, sonriéndole.
-Será mejor que duermas-dijo poniéndose en pie y caminando hacia la puerta.
-¿A dónde vas?
-Te dejo para que te acomodes y puedas dormir tranquila.
-Pero esta es tu habitación ¿Dónde dormirás tú?- para ese momento yo también me había parado, pero me sorprendió cuando se comenzó a carcajear.
-Nosotros no dormimos, Bella-
-¿Nunca?
-Nop- sonrió y abrió la puerta.
-¡Espera!-grite en poco exaltada, no se por que, pero no quería que se fuera, quería que se quedara conmigo, quería que me abrazara y me acariciara la cabeza como lo estaba haciendo unos momentos antes.
¿En que estas pensando, Bella?, pensé e inmediatamente me sonroje al descubrir el rumbo de mis pensamientos.
-¿Deseas algo?
-Si.
-Dime.
-Quédate conmigo- las palabras salieron inconcientemente de mis labios, levante la mirada para ver a Felix, quien me miraba sorprendido-. Me refiero…a…bueno….no es que…
-Tranquila, Bella- cerró la puerta y en un segundo estaba parado frente a mí, mirándome a los ojos.
Tomo mi cara entre sus manos, yo simplemente cerré los ojos, la sensación que sus manos frías me provocaban, era incomprensible. Mi cuerpo se tensó cuando sentí su nariz rozar mi cuello y subir lentamente hasta mi mandíbula y detenerse en el hueco debajo de mi oído.
-Tienes un olor exquisito-susurro contra mi oído, haciendo que mí piel se erizara y me estremeciera-. Realmente se me hace agua la boca, pero…extrañamente, no quiero matarte.
Bajo sus manos por mi cuello y mis hombros, pasándolas lentamente, las continuó bajando por mis brazos hasta que llego a mi cintura, donde la apretó y me pego a su pétreo cuerpo.
Volvió a deslizar su nariz por mi cuello, haciéndome suspirar. Yo pose mis manos en su pecho, deleitándome de lo duro y amplio que eran.
-¿Qué me has hecho, Bella?-su voz sonaba mucho mas ronca y completamente seductora, provocando que un involuntario gemido se escapara de mis labios, él gruño y me miro a la cama, sus labios estaban a unos centímetros de los míos y se iban a cercando…
-¡¿Pero que es lo que están haciendo?- la voz chillona de Heidi resonó en la habitación, haciendo que ambos nos sobresaltáramos- ¡Ya veo! Por eso pediste que Bella se quedara en tu habitación ¿eh?
-Eso a ti no te incumbe, Heidi- dijo Felix volviendo a posar sus ojos en los míos, ni siquiera se había movido un poco-. Ahora… ¿nos harías el grandísimo favor de irte? Nos estas interrumpiendo.
-¡Claro!-de un segundo a otro ya no sentí el peso de Felix y ahora me encontraba en la puerta con Heidi al Bella viene conmigo.
Antes de que Felix dijera algo, Heidi me llevaba arrastrando por los pasillos. Paramos en otra puerta y me tumbo en una suave cama.
-¿Me puedes decir que es lo que estabas haciendo, Bella?- se notaba que estaba molesta ya que se paseaba por toda la habitación.
-Ni siquiera yo estoy segura de que es lo que paso-aun estaba aturdida y apenada, ¿Qué hubiera pasado si Heidi no aparecía?
-Da gracias a Dios, de que haya ido para allá- se paro en seco y se sentó en la cama-. No tienes idea de lo cerca que estabas de morir.
-Felix dijo que, "extrañamente", no quería matarme.
-Él se refería a comerte, Bella- sacudió la cabeza y murmuro algo como "que niña tonta"-. A lo que yo me refiero es a que estaban a punto de tener….sexo
Me sobresalte al escuchar la cruda verdad. Me sonroje al máximo y Heidi se carcajeo de mi.
-¿Pero…? ¿Pero y eso que tiene que ver con que estaba a punto de morir?
-Bella…-dijo más seria-. Nosotros somos mucho más fuertes que tu o cualquier humano. Cuando tenemos relaciones sexuales…bueno, digamos que…nos entregamos completamente a la excitación y a la pasión, tanto que no medimos nuestra fuerza, imagínate que hubiera pasado si yo no llegaba…
-Oh…entiendo- aunque no entendía muy bien, asentí.
-Pero eso no será problema para tu futuro- Sonrió ampliamente-. Cuando te conviertas en vampiro podrás, hacer muchas cosas con él y no habrá límites- me guiño un ojo.
-¿Sabes? Estoy muy cansada, ha sido un día completamente agotador…-dije tratando se salir del tema de la sexualidad.
-Si, me imagino-dijo sarcástica y mirándome picadamente-. ¿Ya lo has decidido?
-Si-dije completamente segura-. Voy a vengar a mi madre y a mí, por la traición.
Eso lo tenía muy bien decidido.

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