Capitulo 8
BELLA POVEdward me estaba mordiendo muy fuerte, demasiado. Me dolía, intenté quitármelo de encima pero no podía, el muy bastardo me tenía apretada a su cuerpo. De la nada su boca se alejó y subió a mis labios, donde los beso y mordió con brutalidad, su lengua se metía en mi boca y exploraba hasta mi garganta. Los bastardos de mis compañeros de trabajo ni siquiera miraban la escena, seguían bebiendo y se miraban entre ellos en silencio y con culpabilidad.
-¡Detente!- exclamé golpeando su pecho, pero él seguía mordiendo y besándome.
De repente se quedo quieto y se desplomó en mis brazos, Edward se había quedado dormido…
-¿Qué mierda?- murmure para mí misma.
-El jefe ya se durmió- habló Jasper y todos suspiraron aliviados.
-¡¿Qué mierda acaba de pasar?- grite tirando el cuerpo inconsciente de Edward al sillón.
-Primero cálmate- Jasper se levantó y se acercó con cuidado hacia mí.
-Calmarme las pelotas- le gruñí haciendo de que dejara de caminar-. ¿Qué fue todo eso?
-Digamos que cuando Edward se emborracha tiende a morder lo primero que tenga cerca- explicó mirando detrás de mí.
-¿Y no pudieron decirme eso cuando llegamos aquí?- pregunte molesta-. ¡No!- conteste cuando vi que estaba a punto de responderme-¡Dejaron que este demente con complejo de vampiro me mordiera!- grite escandalizada provocando que Emmett se largara a reír.
-Deberías de calmarte- me aconsejó Jasper acercándose con gesto preocupado-. Y limpiarte el cuello.
Instintivamente me llevé la mano al cuello y siseé cuando mis dedos rozaron el lugar donde Edward había mordido con tanto esmero. Mire mis dedos y contuve el aliento cuando los vi manchados con sangre, no mucha, pero sangre al fin. Pero antes de que el olor me mareara y terminara rendida en el suelo, me gire donde estaba mi inconsciente y borracho jefe para estrangularlo hasta que sus ojos se salieran de sus cuencas.
Lamentablemente Jasper me detuvo antes de que cometiera un asesinato.
-Ve a curarte eso. Yo llevaré a Edward al auto.
Suspire frustrada y salí del bar hacia el baño de mujeres. Mientras caminaba maldecía a Edward por ser tan… idiota y a mis compañeros por haberme engañado.
Pateé la puerta del baño, caminé directamente hacia los espejos, me miré y pegué un grito al ver mi cuello. Tenía una horrible marca de dientes y dos chupones, mis labios estaba rojos, el labio inferior estaba partido y salía un poco de sangre. Definitivamente esta noche iba a castrar a Edward Cullen. Saqué una toallita de papel y la moje, con suma delicadeza la pasé por la zona lastimada, el agua y jabón dolían pero no sería nada comparado con lo que tenía en mente para mi jefe.
Una vez que terminé de limpiarme salí del baño y me fui directamente a la salida, pero unos murmullos llamaron mi atención…
-¿Estás seguro de que podrás prestarme el dinero?- cuestionó una voz femenina, demasiado chillona a pesar de hablar bajito.
-Ya te dije que si, Jessica- esa era la voz de Mike-. Lo tengo todo listo, tú debes esperar.
-¡Eres un amor, Mike!- chilló una rubia mientras se lanzaba a los brazos de Mike.
Le dio un beso, que por cierto fue asqueroso, y luego camino hacia una puerta.
-¿Adónde vas?- le preguntó Mike confundido.
-Aun tengo que trabajar, pero nos juntaremos cuando me des el dinero- le guiñó un ojo-. Todo a su tiempo, amorcito- le sopló un beso y se marcho de la habitación donde estaba.
-Realmente es linda, pero creo que está jugando contigo- dije en voz alta sobresaltándolo.
-¿Escuchaste todo?- preguntó preocupado.
-En realidad no fue mi intención, recién vengo del baño y los escuché por casualidad- me encogí de hombros.
-Ella no me usa, nos amamos, se fue por qué tiene que trabajar- la defendió pero ni él mismo se creyó lo que estaba diciendo.
-De todas maneras no me interesa. Nos vemos- comencé a caminar para alejarme de un problema que no era mío, pero lamentablemente este día no iba a ser como todos los demás.
-¡Espera!- gritó Mike alcanzándome-. Necesito pedirte algo.
-No- negué sin escuchar, por algún motivo intuía lo que quería.
-Aun no sabes que quiero…
-La respuesta es no- demandé sin detenerme.
-Si no me ayudas le diré a Angela que la engañas con Edward- murmuró agarrando mi antebrazo.
-No te atreverías- le miré encolerizada, pero cuando sonrió malévolamente supe que no tenía otra opción-. No tienes pruebas.
-¿Crees que no las tengo?- arqueó una ceja sin borrar la sonrisa-. No trabajo para Edward por nada…
-¿Qué mierda es lo que quieres, Mike?
-Que me des la chequera del jefe- susurró mirando para todos lados.
-¡¿Estás loco?- grité soltándome de su brazo-. Como si Edward no se diera cuenta de que le robaste dinero.
-Ahí está el error. No voy a robarlo, solo tomarlo prestado por unos días- me explicó como si fuera una retrasada-. Cuando lo tenga listo lo devolveré y no se dará cuenta. Además tu estas a cargo de la chequera de Edward… ¿Qué dices?
-Seguro, estoy dispuesta a ser despedida y enterrada viva- dije con demasiado sarcasmo. Mike bufó y rodó los ojos
-No seas dramática, solo serán por tres días. Lo prometo-me miró con ojos de cachorrito-. Si no me ayudas te hundo con Angela…
-Solo tres días- acepte… valoraba mi vida y no quería otro enfrentamiento con Angela-. Te conste que lo cumplas Newton.
Mike saltó unos tres metros del suelo de felicidad, me abrazó y me besó en la mejilla, doble asqueroso. En cuanto tuve oportunidad salí corriendo antes de meterme en otro problema y ser amenazada con lo mismo. En realidad no hacía falta tener miedo por Angela, pero ya había intentado matarme, no quería que ahora realmente me matara… pero aun así estaba metida en un buen lío, si Mike no devolvía el dinero en tres días… Edward iba a matarme…
.
-¿Por qué debo llevar al 'vampiro' a su departamento?- le inquirí a Jasper que estaba en el asiento trasero con un Edward completamente borracho.
-Por que Emmett se fue no sé donde con Rosalie.
-¿Y eso que tiene que ver conmigo?- volví a cuestionar.
-Que debes de manejar el auto y llevarnos a la casa de Edward.
-Sigo insistiendo, no es problema mío- me crucé de brazos-. Además estoy demasiado enfadad con él- señalé al cuerpo inconsciente.
-Entonces hazlo por mí- me miró por sobre sus pestañas y su labio inferior sobresalió temblando levemente-. Somos amigos ¿no?- yo asentí-. Y como amigos no nos gustaría ver a nuestro amigo despedido por qué no quisimos ayudarnos.
-Como somos amigos debes de apoyarme en la decisión de no ayudarte a cargar con el 'vampiro'- le mostré la marca de dientes y chupetones que tenía en mi garganta.
-Una herida se cura un empleo se pierde para siempre- pestañeó rápidamente.
-Eres un tramposo- suspiré rindiéndome.
-Gracias, Bella. Te compensaré- me miró con alegría tirándome las llaves del Volvo, mientras él cerraba la puerta.
Caminé hacia la puerta pisando fuerte, no quería saber nada con tener que estar en un mismo lugar que Edward sin poder hacerle daño. Cerré la puerta con más fuerza de la necesaria. Jasper me regañó que debería de pagar los gastos si dañaba el auto. Con un bufido arranqué el auto, en punto muerto con una sonrisa. Jasper se agarró la cabeza y me maldijo.
Conduje por las calles de la ciudad, maravillándome de las luces y los edificios. Realmente New York era el mejor sitio donde vivir. Jasper me indicó la dirección de Edward y no me sorprendí al notar que era en el mejor sitio de la ciudad, en donde residían los edificios más caros. Aparqué en un edificio luminoso, el frente era de todos ventanales y balcones con vidrios gruesos negros.
-Ayúdame a subirlo- pidió Jasper mientras abría la puerta.
Salí del auto y lo ayudé a sacar al inconsciente 'vampiro' de su flameante ataúd plateado. Cerré la puerta y puse su alarma correspondiente. Pasé uno de los brazos de Edward por mi cuello, sosteniéndolo y el condenado pesaba mucho. Tenerlo cargando en todo el ascensor por unos cinco minutos que era el tiempo en que llegaba el condenado aparato al piso catorce, me estaba cansando. Jasper sacó las llaves de la chaqueta de Edward y abrió la elegante puerta.
-Mierda, vive con todos los lujos- gruñí haciendo los últimos esfuerzos.
-No por nada es el jefe- se rió Jasper.
En cuanto entramos a la sala nos encontramos con un viejo de cabello blanco sentado cómodamente en uno de los sillones, con una taza en sus manos. Nos miraba con diversión. Aparentaba tener unos cincuenta años, tenía un porte elegante y ojos sabios.
-¿Nos equivocamos de apartamento?- miró a Jasper por sobre la cabeza colgada de Edward.
-J-j-j-jefe- tartamudeó Jasper de repente pálido como una hoja de papel.
-¿Jefe?- miré al viejo que dejaba la taza en la mesita y se levantaba.
-Que gusto verte, Jasper- se acercó el viejo y palmeó la cabeza de Edward-. Otra vez dando problemas- susurró con una gentil mirada.
Arqueé una ceja sin comprender nada. Jasper parecía haber perdido el habla. Edward se removió y acostó su cabeza en mi hombro, tirándose más para mi lado. El viejo me miró con una ceja alzada y sus ojos me escrutaron de arriba abajo.
-¿Quién eres?- cuestionó sin dejar de escanearme.
-Bella Swan- contesté con la barbilla en alto-. ¿Y usted?
-¡Llevaré al jefe a su cama!- exclamó Jasper cargando a Edward y saliendo de nuestra vista.
-Bella Swan…- el viejo caminó a mí alrededor golpeando su barbilla con un dedo-. ¿De dónde conoces a Edward?
-Trabajo para él- contesté un poco abrumada.
-Ya veo, no eres esa molesta muchachita con la que se acuesta- murmuró con una sonrisa burlona.
-Aun no ha respondido mi pregunta- comenté ácidamente viendo como el tipo se sentaba de nuevo en el sillón.
-Yo soy el tío de Edward, y el jefe mayor de donde estas trabajando- sonrió ampliamente y a mí se me cayó la cara.
No podía creer que estuviera conociendo al tío de Edward, a mi jefe supremo. Estaba a punto de desmayarme cuando la mano de Jasper se puso en mi cintura. Le miré con pánico y este asintió.
-Ya dejé a Edward cómodo, jefe- anunció inclinando la cabeza-. Nos retiramos.
-Gracias, Jasper- sonrió el viejo, que aún no sabía su nombre-. Un placer conocerte, Bella.
-Igual para mi, señor…
-Aro
-Señor Aro- asentí con una pequeña sonrisa.
Aro se despidió con la mano y salimos del apartamento un tanto extrañados por las cosas sucedidas esa noche. Al entrar en el ascensor me puse a pensar en que no sabía que había alguien más sobre Edward. Tampoco sabía que tenía un tío y que este le visitara.
Recodé que Esme le pedía que fuera a la casa en Forks más seguido ¿Acaso no venían ellos a visitarlo? ¿Y que había de Alice? Ella era su hermana y no venía tampoco.
-¿Cómo es que su tío viene a visitarlo y sus padres no?- cuestioné sin mirar a Jasper.
-Lo siento, pero no puedo hablar de eso- se excusó.
-No te preocupes, tampoco es algo de lo que me interesa- y era la verdad, tampoco como para andar pendiente de los problemas familiares de mi jefe.
Al salir del edificio nos topamos con una limusina de la cual bajaba una hermosa mujer, cuerpo esbelto, bien proporcionada, piernas largas, ojos azules y cabellera rubia rojiza. Nos miró un segundo y siguió caminando hacia la puerta del edificio.
-Que linda- murmure, sin apatía, simplemente sorprendida por la belleza que destilaba la mujer.
-Es verdad- sonrió Jasper-. Vive en uno de los edificios, la mayoría del tiempo me la cruzo cuando vengo por algún mandado de Edward.
-Oye ¿Quieres ir a casa a tomar algo?- pregunte animada, quería estar con un amigo esta noche, charlar y esas cosas.
-Claro- asintió de buena gana, mientras nos pedía un taxi para los dos.
.
Me dolía la cabeza, demasiado, la sentía pesada y aun con los ojos cerrados sentía que giraba. Por eso no es bueno tomar demasiado si después se sabe cuáles son las consecuencias. Con pesadez obligué a mi cuerpo a que se sentara, mala idea sentía que iba a vomitar. Restregué mis ojos y una vez que la habitación dejó de moverse me puse de pié.
Sentí frío por todas partes, mire hacia abajo y me encontré… ¡desnuda! Tomé la sábana y me tapé con ella, pero en cuanto dejó la cama un cuerpo desnudo salió a luz…
¡Demonios, Bella! ¡¿Qué mierda has hecho?
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