Capitulo 7: No quiero que te alejes de mí
BELLA POVYa habíamos llegado a la casa de Charlie, me sentía extrañamente feliz, no entendía por que, pero el simple echo de estar a solas con Edward, hacia que mi corazón y mi cuerpo experimentaran la calidez, seguridad y felicidad.
Me sentía mal por tener esos sentimientos con otra persona que no fuera Jake, él era mi novio, estaba enfermo y estaba esperando un llamado mío.
-¿En que piensas?- la voz aterciopelada de Edward me saco de mis pensamientos.
-En que debo llamar a Jake.
-Oh…
Su voz sonó despreocupada, pero a la vez con molestia. Me gire para verlo y tenía una expresión sombría, con las manos crispadas en puños.
-¿Por qué te molesta?-pregunte sin dejar de mirarlo, se sobresalto un poco y luego se giro a mirarme.
-Pensé que ya habíamos hablado de eso.
-En realidad, no- le recordé-. No me quieres contar nada de eso, ¿recuerdas?
-Es…complicado- dijo mirando hacia el frente de nuevo, estaba rehuyendo a mi mirada.
-Explícame entonces- le anime.
-Tu…-comenzó-. Nunca has….bueno…-paso una mano por sus broncíneos cabellos y los despeino aun mas.
-¿Si?- intente reprimir una risa, era muy cómico verlo así de nervioso.
-Olvídalo, jamás me creerías y pensaras que estoy loco- recostó su cabeza en el asiento y suspiro frustrado.
-¿Sabes que es loco?- dije imitando su posición.
-¿Qué?
-Mis sueños.
-¿Tus sueños?- dijo divertido. Me gire para mirarlo y él lo estaba haciendo también, sus ojos penetraron mi alma y por un momento el aire comenzó a faltarme, el corazón me latía a mil por hora.
-Así es- dije con un hilo de voz, desviando mi mirada, me grite mentalmente por ser tan débil.
-¿Y que tienen tus sueños para que los llames locos?
-Desde que he sido niña, he tenido sueños…raros. Como si se trataran de una vida pasada- volví a mirarlo con una sonrisa, esperando que él se carcajeara por lo ridículo de mis sueños. Pero me miraba sorprendido.
-No me parece para nada loco-me sonrió-. De hecho me parece de lo más interesante.
-Lo es- coincidí-. Últimamente los estoy teniendo más seguidos y cada vez son más claros.
-¿Me podías contar alguno?-me miro suplicante e increíblemente no me pude negar.
-El último que he tenido, trata sobre una fiesta en una mansión antigua. Se que es antigua por el decorado y los invitados. Mis padres me obligaron a bailar con el hijo de una familia importante, pero yo no quería. El joven se acercaba a mí, pero otro se interpuso en su camino. Lamentablemente el despertador sonó-concluí con un suspiro.
Edward soltó una sonora carcajada, haciendo que me asustara.
-¿Te parece cómico?- dije un poco ofendida, pero luego entendí lo ridícula de la conversación y me uní a sus risas.
-Lo siento- dijo aun riendo-. No creas que me rió de ti.
-No te preocupes, se que ha sonado ridículo.
-En realidad no. Me da la sensación de que tu imaginación no da para tanto.
-Eso si me ha ofendido-dije aun riendo y golpeando su hombro ligeramente, que por cierto estaba muy duro.
-Dime una cosa-pregunto acomodándose en el asiento para mirarme, yo asentí con la cabeza-¿Recuerdas al tipo que estaba por rescatarte?
Su pregunta me tomo desprevenida, en un segundo deje de reír y el Edward de mis sueños apareció en mi mente, mirándome con esos ojos color esmeralda.
-No-mentí. No podía contarle que era con él con quien soñaba, ya demasiado disparatado era que soñara con mi vida pasada.
-Ya veo- contesto ¿Desilusionado?
-¿No me contaras como es que conoces a Jake o lo que me ocultan?- pregunte intentando cambiar el tema de conversación, ya no quería hablar mas de esos sueños raros.
-No, no quiero asustarte- se volvió a sentar de frente.
Yo imité su postura y me crucé de brazos bufando sonoramente, estaba molesta ¿Qué tanto era aquello que no me podía contar? Era un secreto de él y mi novio, se suponía que entre Jacob y yo no había secretos, eso me hizo soltar otro bufido.
-Estas molesta- susurro muy cerca de mi oído y su mano en mi mejilla me hicieron estremecer, apartándome de mis pensamientos.
Me gire y mi corazón se paro y volvió a latir violentamente al verlo tan cerca de mi, sus ojos dorados me estaban aladrando, su cara estaba a escasos centímetro de la mía, un leve movimiento y podía tocar sus labios.
-Es lo más natural ¿no crees?- intente sonar enojada, pero mi voz tembló de manera patética.
-No quiero que te alejes de mi, por eso- sus ojos bajaron al lugar donde estaban mis labios, el aire comenzó a faltarme y me sentía ligeramente mareada ¡Respira, idiota! Me grito mi mente.
-Entonces probemos- no sabía si eso que conteste lo decía por su secreto o por mi necesidad de besarlo.
Ahora fue mi turno de mirar sus labios, que estaban ligeramente abiertos, su aliento frío, y delicioso, entraba en mi boca, que se estaba haciendo agua.
Él suspiro, negando con la cabeza, al tiempo que se alejaba de mí, su mano paso a las mías y las acaricio levemente.
Su mano era fría, dura y suave, me pregunte por que sería así, pero no me importo, se sentía bien. Acune sus mano entre las mías y jugué con sus largos dedos, lo escuche suspirar varias veces, pero siempre que le miraba, estaba en la misma posición, recostado contra el asiento, sonriendo.
Entrelacé sus dedos con los míos y los mire, una sensación calida se extendió por mi pecho y sonreí como tonta. Se ven lindas, pensé.
-Ya debo irme- dijo Edward, llamando mi atención, le mire y él también tenía una sonrisa en la cara. Estaba a punto de decirle, suplicarle, que se quedara un rato más, pero el hablo antes-. Tango que volver a casa y tú tienes que llamar a Jacob.
-Es verdad- acepte de mala gana y solté su mano, sintiendo un cosquilleo.
-Nos vemos mañana- dijo depositando un beso en mi mejilla.
-Nos vemos- salí torpemente del auto, estaba aturdida, pero pude escuchar una risita y luego el ronroneo del auto.
Entre en la casa, cerré la puerta detrás de mí, me recargue y caí lentamente al suelo.
Lleve una mano a mi mejilla y mire la otra, repentinamente una ola de culpabilidad me embargo. Yo estaba muy acaramelada con Edward y Jacos, mi novio, debía estar esperando mi llamado.
Mire la hora, ya eran mas de las seis de la tarde. Me pare de un salto y corrí rápidamente a donde estaba el teléfono, lo tome y marque el número de Jake.
-¿Hola?
-¡Billy!-grite exageradamente.
-Hola, Bella.
-¿Esta Jake?-pregunte sin rodeos.
-Claro, ya te…
-¡Bella!-ese era Jacob
-Hola, Jake-dije un poco mas tranquila, pude escuchar como su padre le regañaba por haberle arrebatado el teléfono.
-¡¿Dónde estabas?-
-¿Qué?-pregunte confundida y asustada.
-Hace más de tres horas que saliste del colegio-dijo molesto-¿Dónde estabas?
-¡Oh!-entendí a donde quería llegar. Era verdad, había pasado bastante tiempo desde que salí del colegio, pero parecía que la hora no se había pasado al lado de Edward-. Veras…-comencé-…En la salida de la clase de gimnasia me estaba esperando Mike, contándome que te habías descompuesto, se ofreció a llevarme y me negué, realmente ese tipo no me agrada, me da miedo. Le dije que caminaría ¡Y vaya caminata fue larga!, quede exhausta, cuando llegue a casa me tire en la cama y me dormí. Recién despierto, por cierto casi me mato en las escaleras.- fue increíble como la mitad del relato, que era mentira, fluyo con tanta naturalidad.
Respire tranquila cuando escuche a Jake reír.
-Le pediré a otro para que te recoja y lleve a casa.
-No te molestes, se lo pediré a Ángela. No le tengo mucha…confianza a los demás-recordé el por que Jake se había marchado antes-¿Qué es lo que tienes?
-Es solo un simple resfriado-contesto luego de unos segundo y algo dudoso.
-¿Seguro?
-Nada de lo que tengas que preocuparte.
-Me preocupare de todos modos.
-No lo hagas, estoy bien.
-De acuerdo-conteste molesta, me estaba escondiendo algo-. Jake ¿de donde conoces a Edward?- lo escuche suspirar molesto.
-Bella…no puedo hablar de eso ahora-dijo cortante.
-¿Por qué no? ¿Qué es lo que pasa?
-No quiero que te alejes de mí-su tono sonó triste, pero me sorprendieron, eran las mismas palabras que Edward me había dicho hacia un rato antes.
-Me estas asustando…
-Lo siento. Tengo que colgar, por unos días no iré al colegio. Te amo, Adiós.
Luego de eso el teléfono quedo mudo, quede unos segundos con el aparato en el oído, procesando las palabras de Jake y Edward.
Intente llegar a algún lado, pero solo me llenaba de más y más preguntas, que antes.
-Edward…-sonreí al verle parado frente a mí, con una mano tendida, esperando a que la tomara.
-Estoy siendo demasiado egoísta. Pero…no pienso compartirte con nadie.
Mi sonrisa se ensancho aun más y negué con la cabeza ¿Qué haría con este desconocido? Estire mi mano y él la tomo con una sonrisa torcida.
-Mis padres van a regañarme, pero no me importa.
Caminamos hacia el centro de la pista y pasamos por el lado del joven Newton que me miraba un poco contrariado.
-Debo decir que soy pésima bailando-le advertí.
-Eso depende de quien te guíe.
Tomo mi mano derecha y la depositó en su hombro izquierdo, luego su mano derecha tomo la izquierda mía y las elevo hasta la altura de sus hombros, por último deslizo su mano izquierda por mi espalda hasta depositarla en el hueco de esta.
Una nueva canción comenzó a sonar y ambos nos deslizamos con elegancia por la pista, al compás de la música. Increíblemente me encontraba bailando, sin tropezar con mi vestido y pisar a mi compañero, sonreí y mire a Edward, quien también me sonrió.
-Me mentiste, no eres pésima bailando.
-Eso es porque tengo un buen instructor.
-Me encantaría besarte-confesó haciendo que me sonrojara, baje la cabeza demasiado avergonzada-. Si quiero caerles bien a tus padres, tengo que comportarme-murmuro más para él mismo.
Le mire sorprendida al procesar lo que le había escuchado decir.
-¿Qué has dicho?
-Que si quiero simpatizarle a tus padres, dedo comportarme.
-¿Tu…quieres…?
-Si-contesto entendiendo mi pregunta, me miro a los ojos y pude ver la sinceridad-. Se que sonara extraño, y muy apresurado, pero quiero estar contigo y estoy dispuesto a enfrentar a tus padres- paro de bailar y extendió una de mis manos hacia sus labios y la beso dulcemente-. Fue un placer conocerte, nos vemos…pronto.
Con una sonrisa torcida en su cara, se marcho de la pista dejándome sorprendida por sus palabras.
-Buenas noches, señorita-dijo una vos detrás de mí, me gire y me encontré al muchacho que mi madre me había señalado-. Alguien me gano de ante mano. Espero que aun tenga ganas de bailar.
No pude contestar, más sonreír, falsamente, y asentir con la cabeza.
Intente llevar, sin mucho éxito, el baile como con Edward, pero tropecé muchas veces con mi vestido y mis pies, mientras que pisaba constantemente a mi pareja de baile.
El joven Newton desistió en el baile y me llevo a tomar unos tragos. La mayor parte de la conversación no le preste atención, hablaba mucho, por lo que solo me limitaba a contestar en los momentos justos. Mi mente estaba completamente ocupada con Edward, le intente buscar con la mirada, pero no le encontré en ningún lado, lo cual me puso un poco triste.
La velada por fin termino e increíblemente mis padres no dijeron nada respecto a Edward, estaban mas que contentos con que haya bailad, e incluso, charlado con el joven Newton.
Cuando llegamos a la casa, me despedí de mis padres rápidamente, diciendo que estaba cansada, y subí a mi habitación, encontrando a mi nana durmiendo en la mecedora.
-Nana…-la moví un poco-nana… ¡Nana!-eleve un poco la voz al ver que no despertaba.
-¡Oh! Lo siento, señorita Bella-dijo refregando sus manos.
-Eso es lo de monos ¡Tengo algo grandioso para contarte!
-¿Conociste a un muchacho?-abrió los ojos sorprendida.
-¡Y vaya muchacho!-exclame.
-Cuéntemelo todo- pidió emocionada al momento en que me sentaba en mi cama.
Estaba a punto de comenzar mi relato, cuando unos golpecitos en la ventana me interrumpieron.
Me levante de un salto, tenía una ligera sospecha de quien podría ser, corrí hacia la ventana abriéndola de par en par y nos brazos me rodearon, inmediatamente le correspondí.
-¿Qué haces aquí?-dije sorprendida.
-¿Puedes creer que vives a dos cuadras de mi casa?-contesto con otra pregunta. Se separo un poco de mi, sin romper el abrazo, y acuno mi cara entre sus manos-. No puedo conciliar el sueño si no hago esto antes.
Antes de que pudiera contestar, sentí sus labios sobre los míos, moviéndose suaves y dulces. Al segundo le correspondí.
-Que romántico-dijo una voz ajena. En ese momento recordé que mi nana estaba en mi habitación.
Edward carraspeo nervioso y un poco sonrojado. Me reí al verlo en ese estado.
-Nana, te presento a Edward. Edward, ella es mi nana, Stephanie-hice gestos con las manos y ellos se saludaron.
-¡Cierto! Iré a ver si tus padres duermen ¿Eso te da tiempo suficiente?- me miro y yo asentí-. Bien, muchacho has las cosas rápido y no te tardes-sonrio y se marcho.
-Interesante-dijo Edward mirando la puerta que se cerraba, luego volvió su atención a mí- Te dije que nos veríamos pronto- me dio un corto beso-. Te extrañe.
El despertador sonó estruendosamente y con eso se gano un viaje gratis a la pared, en donde se hizo añicos. Enfurruñada por salir abruptamente del sueño, me tape la cabeza con las colchas e intente volver a dormir.
-No importa cuantos rompas, los seguiré comprando-dijo la voz de Charlie-. Eso me da a pensar, seriamente, en comprar un gallo. Esos madrugan muy temprano ¿Te atreverías a matar a animales indefensos? Matarías uno por día.
Me tape la cabeza con la almohada al escuchar sus carcajadas, por su estúpido chiste.
-Levántate, ahora- le escuche salir y despedirse por las escaleras.
Me quede en la misma posición unos minutos más, hasta que escuche el sonido de unas piedritas golpeando mi ventana, me levante de un salto, y por consecuencia resbale con la sabana, aterrizando debajo de la ventana, me asome.
Ahí estaba Edward con una enorme sonrisa, señalo su reloj y luego el auto. Me reí y me dispuse a cambiarme.
Recordé todo lo que había pasado ayer y me di cuenta de tres cosas.
La primera, Edward y Jacob me estaban escondiendo algo grande. Segundo, estaba dispuesta a hacer lo que sea para saberlo y tercero, fuera lo que fuera, no me importaba, nada me haría alejarme de ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario