viernes, 19 de noviembre de 2010

cap6-VTOM

-Capitulo 6-
BELLA POV
-¿Edward?-pregunte más que sorprendida.
El aludido me miro tiernamente, como cuando era una niña. Al llamarlo por su nombre sus labios se estiraron hacia un lado, dándome esa sonrisa tan característica de él.
Mis ojos estaban más abiertos de lo normal, mirando hacia alguna parte, mi quijada estaba desencajada y mis manos…mis manos no las sentía. Solo una pregunta rondaba mi cabeza ¿Qué carajos estaba pasando aquí?
Sentí algo moverse en mi cuerpo y fija la mirada rápidamente en mi nuevo acompañante, se acomodo hasta quedar a unos centímetros de mi cara, sus manos acunaron mi rostro y con sus pulgares daba deliciosos y dulces, torturosamente dulces, caricias en mi mis mejillas.
-Te extrañe-murmuro tiernamente, con esa voz tan sedosa, tan aterciopelada, tan encantadora.
No podía articular palabra, ni siquiera mover mi cuerpo, estaba completamente aturdida y confundida, muy confundida. No se que cara tenía en esos momentos, pero de seguro era todo un poema ya que él soltó una risita.
Pegue un pequeño salto al sentir sus labios contra los míos, mis manos que yacían a cada lado de mi cuerpo, comenzaron a picarme y solas se acomodaron en el cabello de Edward, mis labios se acomodaron en los suyos y comenzaron a corresponderle el beso. Ambos abrimos nuestras bocas al mismo tiempo, dándonos el completo acceso a ellas. Nuestras lenguas se movieron sincronizadas, como si ya se conocieran. Me sentía en las nubes al ver que me correspondía con la misma intensidad que yo.
Sus manos acariciaban mi rostro, como queriendo memorizarlo, lentamente las bajo por mi cuello y lo sentó tensarse, se separo bruscamente de mi y miro un punto fijo en mi cuello, pasando la yema de sus dedos, frunció el ceño y me miro.
-No tenías que llegar a estos extremos- dijo molesto.
-¿Sabes quien soy?-pregunta estúpida, pero quería escuchar la respuesta.
-Por supuesto que si-me beso unos minutos y susurro contra mis labios- Eres mi hermosa Bella.
Beso y lamió mi cuello, mientras sus manos torturaban mis pechos, sus pulgares acariciaban mis pezones, poniéndolos erectos, los pellizcó levemente, haciendo que arqueara mi espalda y soltara en intenso gemido. Una de sus manos abandono uno de mis pecho, y la bajo contorneando mi costado, acaricio mi cadera y mi muslo, subió nuevamente hasta mi abdomen y fue bajando hasta mi intimidad, donde la masajeo lentamente.
-Edward…-gemí al sentir sus caricias, mi cuerpo se retorcía bajo el suyo, ante cada caricia, beso y palabras.
Dejo de lamer mi cuello y repartió besos por todo este, subiendo por mi mandíbula hasta llegar a mis labios que los devoro con desesperación y le correspondí de igual forma. Solté un grito cuando sentí unos de sus dedos dentro de mi intimidad.
-Los años te han favorecidos increíblemente y no por que seas un vampiro-susurro contra mis labios.
Entonces entre en razón y me senté rápidamente empujándolo.
-¿Qué sucedes?-pregunto…
-¿Felix?
-¿Estas bien?-acarició mi rostro, mirándome preocupado.
-¿Si…?-contesté dudosa y aturdida, tanto que sonó como una pregunta.
Mire a mi alrededor en busca de Edward, pero no había nadie allí, más que Felix y yo.
-¿Qué paso?-insistió- Íbamos bien, decías mi nombre y gemi…
-¿Qué?-pregunte, interrumpiéndole, sorprendida. Pero me arrepentí al instante en que vi que fruncía su seño.
Se acomodo en la cama, se cruzo de brazos y me miro con furia. Estaba molesto y estaba claro que lo empeoraría si le contaba lo que había vivido, pensado o lo que fuera que me había pasado. Como si nada hubiera pasado, me acerque a él y me senté sobre sus piernas, besando su cuellos.
-Bella-su voz sonaba cortante y destilaban su enojo- ¿Qué paso?
-Olvídalo- tome sus manos, que aun estaban cruzadas sobre su pecho y las pase por mi cintura, mientras yo acomodaba mis brazos en su cuello.
-No, Bella- me corrió levemente y me miro, ahora un poco más suave. Se que no era el momento, pero me sentí rechazada- ¿Qué fue lo que paso? No soy tan estúpido como para no haberlo notado y dejar como si nada hubiera pasado.
-Lo siento-me disculpe sin mirarlo y suspire- Ni yo se que fue lo que paso, solo…de un momento a otro no estabas y…
-¿No estaba?-pregunto confundido.
-No. Estaba…-me hundí aun más en mi lugar, no me atrevía a decirle.
-Fantaseaste con otro- su voz sonó molesta y triste, eso me obligo a levantar la mirada.
-¡No!- me apresure a decir-. Bueno, no entiendo muy bien que es lo que paso, pero Edward apareció de repente y…
-¡¿Edward?- oh-oh
-¿Me vas a escuchar o me estarás interrumpiendo a cada rato?-pregunte molesta, así jamás le podría decir bien las cosas, pero al parecer el no quería escucharme.
-¿Qué es lo que quieres que escuche? ¿Qué estabas pensando en otro mientras te estoy besando y acariciando? Y que para colmo estabas con ese….-cerro los ojos y me bajo de él con brusquedad.
Un fuerte golpe se escucho en la puerta, me quede atónica, me había dejado completamente sola. Había arruinado el momento, diciéndole con quien estaba fantaseando o lo que sea, pero por una parte estaba…feliz, Edward me había dicho que me extrañaba, que estaba hermosa y me había besado y otras cosas más. Suspire frustrada, me tire en la cama y tape mi cara con la almohada.
Sentía ganas de gritar, de descargar toda la frustración que sentía, pero lo único que hice fue desgarrar la almohada con mis dientes, no me satisfació, por lo que tome la otra y la termine de romper, al final tuvo el mismo resultado. Tenía ganas de romper algo, morder, destrozar, mi garganta ardía, tenía un extraño gusto en mi boca y anhelaba saciarlo con algo caliente y delicioso. Gruñí molesta, me tire boca abajo y grite contra el colchón, me importo muy poco que quizás los vecinos me escucharan.
Felix no volvió en toda la noche, es más, creo que ni siquiera estaba en el departamento del hotel. Lo último que había escuchado de él, había sido una puerta azotarse fuertemente, tampoco me moleste en ir a ver si estaba, temía que si me veía me rompiera el cuello o quien sabe que. Y no lo culpaba, estoy segura que si yo hubiera estado en su lugar habría actuado de la misma manera, quizás peor.
Pronto la habitación comenzó a tornarse de un color anaranjado, me levante de un salto y me acerque a la ventana. Estaba amaneciendo. Era la primera vez, en doce años, que volvía a ver al señor sol saludarme desde el horizonte. Sonreí ante lo infantil que estaba siendo, pero me era muy emocionante y hermoso volver a verlo.
-Lo lamento-me gire bruscamente al escuchar la voz de Felix a mis espaldas. Estaba parado en el umbral de la puerta, mirando al suelo-. Lamento haberme ido y de…-no lo deje continuar ya que estampe mis labios con los de él.
-¿Siempre te estas disculpado de los errores que tu no cometes?-le pregunte divertida, pero feliz de que estuviera a mi lado de nuevo.
-Cometí un error al dejarte sola y no…escucharte.
-Puede que en eso tengas razón- él aun miraba a alguna parte del suelo, me estaba esquivando la mirada, me dolía verle así. Tome su rostro entre mis manos y le obligue a que me mirara-. Pero la culpa es totalmente mía y no me discutas-le interrumpí cuando vi que estaba a punto de replicar- Tu no estaba pensando o lo que sea con otro vampiro…
-Estabas diciendo mi nombre-me corto, su mirada reflejaba la angustia y tristeza, nunca me imagine ver a alguien como Felix en ese estado. ¡Oh! Bueno, quitando cuando Emmett lloro cuando me tuve que ir con mi mamá.
-Gemías y te retorcías a cada caricia mía-ahora sonaba molesto. Intente calmarle acariciando su rostro.
-No entiendo, yo decía el nombre de Edward y bueno...ya sabes-me apresure a decir cuando le vi fruncir el ceño, no quería hacerlo enojar de nuevo- Hable con él, me dijo muchas cosas, no se si producto de mi imaginación…la verdad no entiendo nada.
-También hablabas conmigo y estaba al cien por ciento seguro de que me mirabas a mi, no a otro- enredo sus brazos en mi cintura y enterró su cara en mi hombro- Tampoco se que es lo que esta pasando.
-Lo lamento-le acaricie la espalda-. De verdad, lo lamento.
-Ya no importa, Bella-suspiro resignado y me estrecho aun más.
-Si que importa-me separa para mirarle-. Lastime al vampiro que más quiero, como no va a importar.
El semblante serio y triste de Felix fue cambiando conforme entendía las palabras que le había dicho. Su cara se ilumino y me regalo la más hermosa de las sonrisas que antes podía haber visto en él.
-Yo también te quiero- me reí, pero no por la confesión, si no por que parecía un niño pequeño con un juguete nuevo, estaba muy emocionado.
-Me alegra que correspondas mis sentimientos-me acerqué a él y le bese suavemente, me correspondió de inmediato- ¿Continuamos lo de anoche?-pregunte seductoramente.
-Me encantaría, créeme que me encantaría, pero….tienes que alimentarte.
-No tengo hambre-mentí- Bueno, no exactamente de sangre-rió fuertemente.
-Bella, tu no te ves los ojos, pero yo si y están completamente negros- acaricio mi nariz con uno de sus dedos- Y puedo apostar lo que sea a que estas deseosa de probar comida.
Suspire resignada, haciendo que él riera nuevamente. Se inclino y capturo sus labios con los míos, sus besos eran únicos, pero no me pude contener al compararlos con los de Edward, aunque extrañamente, los sentía, casi, iguales. Se separo de mí y acaricio mi cara.
-Tenemos que ir a buscar alimento.
-¿A dónde? Es pleno día- tomo mi mano y me saco del departamento.
-Al castillo. Heidi tiene algunos bocadillos que solo son para ti- me sonrió y me entrego una capa gris oscura
-¿Y Carlisle?-pregunte colocándomela.
-Tranquila, tenemos ese problema arreglado.
No entendí muy bien, pero me deje guiar por Felix.
EDWARD POV
Me encontraba sentado en el sillón de mi habitación, todos en la casa se habían marchado a cazar ya que no aguantaban la ansiedad de no tener noticias de Carlisle, aunque ya había llamado hacía solo un par de horas, pero eso no era lo que me tenía preocupado, no, ansioso, tampoco, pensativo, bueno, no podía describir como me sentía en ese momento.
Lo único que podía describir la escena que había vivido hacia tan solo un par de horas. Una experiencia que nadie me quitaría de la cabeza ni de mi corazón. Feliz, así era como me encontraba, o algo así. Había visto a Bella, a mi pequeña y hermosa Bella, la había tenido debajo de mí, le había acariciado el rostro y bueno…otras cosas más. No entendía muy bien que era lo que había pasado, pero tampoco me importaba, no mucho.
Hacía un par de días habíamos conocido a un pequeño aquelarre de vampiros que llego a la ciudad, por suerte para los humanos, ellos eran vegetarianos, un alivio para nosotros también. Habíamos congeniado completamente y nos servían para mantener la cabeza ocupada en otra cosa que no fuera nuestro padre.
Y a mí si que me la tuvo ocupada y lo digo por la hermosa vampiriza que conocí de ese aquelarre. Su nombre es Elena, es hermosa, su sonrisa es cautivadora y es condenadamente sexy, me sorprendí al ver como coqueteaba con ella al primer segundo en que la vi. Al principio se hizo la difícil, pero sabía que lo hacía con el simple hecho de que la deseara aun más.
Pero, hace solo un par de horas estaba acostada en este mismo sillón, completamente desnuda y a mi merced. Estaba completamente loca con mis caricias, he de decir que poder leer la mente te facilitaba mucho las cosas, eso me hacía recordar a Mel Gibson en la película Lo que ellas quieren, pero yo no me había probado productos femeninos ni tampoco me había electrocutado de humano.
La cuestión es que de un momento a otro, Elena había desaparecido…

No hay comentarios:

Publicar un comentario