viernes, 19 de noviembre de 2010

Cap5-VTOM

-Capitulo 5-
BELLA POV
No tenia la mas remota idea de que hora era, o si era de noche o de día. Pero que podía saber alguien que estaba muerto, ya que yo lo estaba, por que otra explicación no tenía para explicar la quemazón que recorría todo mi cuerpo. Aunque…no recordaba que era lo que había echo mal en mi vida humana, para estar en el infierno.
Como había dicho antes, no sabía desde cuando estaba ardiendo en llamas, ya que sentía que era hace una eternidad o, quizás, más. Fuertes oleadas de fuego golpearon mi cuerpo, haciéndome chillar, retorcerme y rogar que alguien se apiadara de mí y detuviera esa tortura.
Pero siempre recibía las mismas respuestas, un apretón en mi mano, que era la única que estaba tibia, el fuego se había extendido hasta esa parte, pero algo o alguien la estaba sosteniendo ¿entonces no estaba muerta? ¿Había alguien esperándome?
- Te estaré esperando, no quiero decir lo que te espera, pero…trata de mantener tu cabeza en otro lado ¿si? - esas palabras volvieron a mi mente ¿A que se refería con mantener mi mente en otro lado? Me costaba mucho poder pensar en otras cosas, el fuego era muy poderoso y doloroso que me impedía ignorarlo.
¿Cuándo acabaría todo eso? ¿Qué fue lo que hice para merecer eso? ¿Tan mal me he portado en la vida para estar quemándome en el infierno?
- ¿Sabes que eres una niña muy mal educada? - ¿De quien era esa voz? Se me hacia completamente familiar… - No entiendo por que Edward se preocupa tanto por ti…
Edward…ese nombre…yo lo conocía.
- Te quiero.
Era inolvidable ese nombre y esa cara, que ahora abrumaba mis pensamientos, la persona que yo más había querido en mi vida humana, el padre y hermano que nunca tuve, pero así mismo, el que me había vendido…¡Oh! Era verdad, ahora recordaba todo yo no estaba muerta, yo…
Una fuerte ola de fuego golpeo con todas sus fuerzas en donde se encontraba mi corazón, haciéndome gritar desgarradoramente. Mi cuerpo entero ya no quemaba, pero el dolor en ese lugar era mucho más fuerte. Pronto comenzó a disminuir junto con los latidos de mi corazón…
No, yo aun no debía morir, yo tenía que hacer algo antes. Mi corazón soltó el último latido y todo quedo en completo silencio, me sentí aterrada y desesperada ¿Había muerto?
- ¿Bella? - una voz desconocida, y la vez no, hablo cerca de mi oído- Despierta, por favor - rogó y sentí algo calido posarse en mi mejilla - Abre los ojos- pidió apretando mi mano.
Obedecí, abrí mis ojos lentamente, la increíble luz que había en ese lugar era intensa, pero no lastimosa. Gire un poco la cabeza hacia la izquierda y me encontré con un par de ojos rojos sorprendidos, pero al instante se tornaron felices.
-Bella- me volvió a nombrar mientras me acariciaba la mejilla.
-¿Felix?- mi voz era irreconocible y me lleve una mano a mi garganta.
-¿Quién mas si no? - se rió.
-Luces…diferente- mi voz me volvió a llamar la atención.
-Tu también, aunque no mucho. Te ves más hermosa- susurro.
-¿Dónde estoy?- cuestione al tiempo que intentaba ponerme en pie.
Pero antes de intentar, siquiera, sentarme, ya estaba parada con la pared muy cerca de mi casa.
-¡Wow!- exclame asustada.
-Primero que nada, estas en mi habitación, por si no la recuerdas- dijo Felix a mis espaldas, me gire y lo vi muy sonriente-. Ahora, debes entender que no eres más humana y que…tus simples movimientos son mucho más rápidos de lo normal. Debes aprender a moderarlos.
-¿No soy humana?-pregunte incrédula.
-Cielos…-suspiro Feliz, negando con la cabeza- ¿Por qué mejor no te sientas?
Intente caminar pero cuando lo hice termine arriba de Feliz, en la cama. Espere el calor de mis mejillas, ya que era un momento vergonzoso, pero este nunca llego. Toque mis mejillas y estas estaban a temperatura normal.
-Tendremos tiempo para esto luego-murmuro Felix debajo de mí, mientras ponía sus manos en mi cintura y acariciaba mi cuello con su nariz. Luego me acomodo a su lado- ¿Qué es lo que no recuerdas?
-Estoy…confundida-confesé agarrando mi cabeza-. Entiendo y no entiendo algunas cosas.
-¿Cómo que?
-¿Qué soy? Te recuerdo, se quien eres, pero no…-una fuerte punzada en la cabeza me hizo chillar de dolor.
-Generalmente, nosotros no tenemos dolores de cabeza-me dijo Felix abrazándome-. Me pone feliz que me recuerdes- yo rodee su cintura con mis brazos y hundí mi cara en su gran pecho.
-Se tu nombre, se que eres especial para mi, pero no recuerdo como es que te conozco- susurre contra su piel-. Cuéntame todo- pedí al mirarlo a los ojos.
Me sonrió y comenzó el relato, lo escuche con atención, algunas cosas las sabía y otras no, pero mi cerebro las recordó al instante que las pronuncio. Recordé mi venganza, tenía que planear las cosas para ir tras ellos.
-Carlisle esta aquí-afirme al recordar que lo había visto.
-Si y no sabemos hasta cuando-dijo Felix-. Por eso tenemos que marcharnos.
-¿Marcharnos?-repetí- ¿A dónde?
-A donde el no pueda olerte, oírte y mucho menos verte-dijo guardando un poco de ropa en un bolso de cuero negro.
-¿Y Aro esta de acuerdo en dejarnos ir?-pregunte algo recelosa.
-Lo tomo de mala gana, pero entendió que era mejor así.
-Pero… ¿Dónde?-insistí.
-A un hotel- dijo mirándome fijamente, no se mueca debo haber tenido para que Felix se carcajeara-. No te voy a violar- me aseguro- pero no prometo nada.
-¡Te escuche!-le reprendí divertida.
-Olvide que eras una de nosotros- sonrió- ¿Lista?
-Lista-afirme segura.
-Esto te encantara-tomo mi mano y comenzamos a correr.
Pasamos por un sinfín de pasillos, por momento pensaba que nos estrellaríamos en una pared, pero estas desaprecian en el último segundo. Pronto estábamos fuera del castillo y un delicioso aroma llego a mi sensible sentido del olfato.
-¿Qué es ese olor?-pregunte maravillada, olfatee el aire y se me hizo agua la boca.
-Ese, es el olor de nuestra comida-dijo sonriendo.
-La garganta me arde-lleve una mano al cuello, como si eso bajara el ardor.
-Lo se y más para un recién nacido- lo último lo dijo mas para si mismo-. Ponte esto- me tendió unos lentes negros.
-¿Es para…? No es de día, por si no te has dado cuenta.
-Que tus ojos rojos no llamen tanto la atención-explico y se puso sus lentes- Y no soy estúpido, se que es de noche.
-¿Ojos rojos?-pregunte entre confundida y asombrada.
-Bella, eres un vampiro- dijo como si fuera lo mas obvio del mundo- Y aun no te has visto en el espejo- me miro y me dedico una sonrisa picara-. Iremos al hotel, nos registraremos y luego iremos a cazar.
-¿Cazar?-pregunte, una vez mas, confundida.
-Te lo explicare luego ¿Si?- suspiro cansado y paso uno de sus brazos por mi cintura-. No respires, por lo que más quieras, no lo hagas- dijo en tono serio y me encamino fuera del portón del castillo.
El exquisito olor ahora me pego con mayor fuerza, haciendo que retrocediera por el impacto, pero pronto todo se volvió confuso, mi vista se había nublado y lo único que quería era enterrar mis dientes en el cuello de las personas que caminaban por el lugar.
Me solté del brazo de feliz y me lance a la primera presa que tenía a mano. Luego todo pasó muy rápido, la mujer a la que estaba por atacar desapareció junto con todo el ambiente iluminado, ahora solo sentía la fría pared presionarse fuertemente contra mi mejilla, mientras mis manos estaban pegadas a la espalda.
-¡Suéltame!- le espete a Felix.
-¿Quieres tranquilizarte y usar la cabeza por un minuto?-pregunto molesto a la vez que presionaba el agarre de mis manos.
Con un rápido movimiento, logre pegarle con una de mis piernas en su abdomen, con todas mis fuerzas, haciendo que por un momento su agarre se aflojara un poco. Eso fue suficiente para soltarme por completo y darle una patada en su pecho, mandándolo a volar hacia la otra pared del oscuro callejón.
Me apresure a llegar fuera de ese apestoso callejón para saltar al primero que se me pasara por enzima. Pero antes de llegar al final del pasillo una sombra oscura se paro en medio obstruyéndome el paso.
-¿A dónde crees que vas, Isabella?- pregunto Felix con voz ronca y afilada.
Antes de que pudiera contestar, o reaccionar, me encontraba nuevamente en la pared, pero ahora solo era sostenida por una mano de Felix, que estrangulaba mi cuello.
-Escucha bien lo que te voy a decir- sus ojos estaban ensombrecidos y ya no me miraban como antes-. No puedes cazar a los humanos como si nada. Si no quieres morir a manos de quien te convirtió, será mejor que te comportes y hagas caso en lo que te digo.
Agarré con mis manos su enorme brazo en un intento de romperlo, pegaba patadas por todos lados pero el ni se inmutaba. Me separo un poco de la pared y me golpeo con esta.
-¿Debo hacerte entrar en razón a golpes?- sus ojos ahora estaban negros y me meraban con furia, su cara estaba crispada por el enojo-. No me hagas lastimarte, Bella. No quiero hacerlo, créeme- deje de forcejar, su agarre me estaba doliendo- ¿Estas mas calmada?
-Eso creo- susurre, dejando caer mis brazos a mis costados.
Suspiro pesadamente y me depositó en el suelo, se quedo unos minutos frente a mí, quizás, esperando a que le golpeara o saliera corriendo, pero en ese momento me encontraba sumamente aturdida ¿Qué era lo que me estaba pasando? ¿Por qué me estaba comportando como un animal?
-No haré nada, lo prometo- levante mi mirada para que viera que no estaba mintiendo. Sus ojos aun estaban negros y la cara crispada, asintió y busco algo en el suelo.
Cuando se reunió conmigo me lace a sus brazos, le abrace con todas mis fuerzas-
-Lo siento- me disculpe contra su pecho. Me sentía fatal, por el mal trago que le había echo pasar. Pronto sentí sus brazos rodear mi cuerpo y estrecharme contra el suyo,
-Lamento haberte golpeado y tratarte de esa manera, pero…
-No tienes que hacerlo- Levante mi cabeza y pude ver que sus ojos rojos habían vuelto, pero ahora mostraban dolor, tristeza y arrepentimiento-. Tú me aconsejaste y yo no te hice caso…-Tome su cara entre mis manos y la acerque a la mía-. Tú solo hiciste lo que estaba bien, no importa si eso implicaba atarme- rió y beso dulcemente mis labios.
-No discutiré contigo, por que tienes razón-dijo enderezándose y entrelazando sus dedos en mi espalda-. Es verdad, no me hiciste caso y casi mueres- frunció el ceño-. Lo bueno es que todo ya paso, ahora vámonos-beso mi cabeza y dejo su mano en mi cintura.
Caminamos a paso lento por las calles, aunque no respiraba, podía sentir aquel olor, por lo que me estaba torturando, pero le había prometido a Felix no hacer nada. Apreté mi agarre a su cintura y escondí mi rostro en su costado, aspirando su aroma, que dudaba mucho que fuera de alguna colonia.
-Ya llegamos, aguanta un poco más- me susurro en el oído mientras acariciaba mi costado con su mano y depositaba besos en mi cabeza.
El ambiente cambio de caluroso a uno más fresco. Desenterré mi cara de Felix y mire la limpia y luminosa recepción del costoso hotel.
-Quédate aquí- me ordeno y se marcho a donde estaba la recepcionista, que le sonreía con un poco más que simple amabilidad.
Un incontenible gruñido se escapo de mis labios y un par de ancianos me miraron sorprendidos, desvíe mi mirada y fui al enorme acuario que había en una pared.
-¿Eso es todo lo que necesita?-pregunto la chillona y melosa voz de la recepcionista, que intentaba sonar sexy y lo único que lograba era que sonara ahogada y estúpida. Me gire para ver el espectáculo.
-Si-dijo Felix, con todo el poder de persuasión y deslumbramiento recargándose en el mostrador- ¿Sería mucho pedir que no nos molestaran? Ya sabes, eso de servicio a la habitación, mucama, llamadas, etc.
-C-Claro, n-no se preocupe por e-eso- tartamudeo patéticamente.
-Gracias-sonrió y creo haber visto caer la braga de la mujer, lo cual me causo mucha gracia y no pude reprimir una carcajada, llevándome varias miradas sorprendidas.
Felix camino hacia mi con una sonrisa de suficiencia y completamente orgulloso de su acto.
-¿Quieres sacar esa estúpida sonrisa de tu cara?-pregunte molesta, todo signo de diversión se había borrado.
-¿Qué pasa? ¿Celosa?- se burlo.
-Por supuesto que no-le arrebate las llaves y camine hacia el ascensor. Cuando llegue apreté el botón, con un poco más de fuerza ya que termine hundiéndolo.
La estruendosa carcajada de Felix me termino de molestar y me gire a próximo ascensor, apretándolo ahora con un poco mas de delicadeza, las puertas se abrieron y entre pisando fuerte. En cuento las puertas se cerraron estaba acorralada en una de las esquinas del ascensor.
-No tienes por que ser tan celosa-dijo con voz ronca en mi oído- Prefiero a la vampirizas de belleza sobrenatural.
-Vaya, eso me hace sentir mucho mejor-dije con sarcasmo, intentando sacármelo de enzima-. Te recuerdo que yo era humana antes.
-Y una muy hermosa, por cierto- sentí sus labios rozar mi cuello-. La única que me cautivo- deposito húmedos y calientes besos por mi cuello- ¿Sabes? Te ves adorable cuando te molestas- se separo para mirarme y estampo sus labios contra los míos.
Un suave carraspeo nos interrumpió y ambos miramos al hombre mayor, entrar al ascensor y posicionarse frente a nosotros, de espaldas. Felix enterró su cara en el hueco de mi cuello y hombro, y comenzó a sacudirse de la risa. Yo hice lo mismo ya que me había contagiado.
El sonido del un pequeño timbre nos informó que ya habíamos llegado a nuestro piso.
-Mira esto-me susurro Felix, pero antes de que pudiera decir o reaccionar, una mano agarro mi nalga derecha y la apretó fuertemente.
Mire a Felix molesta por el acto, pero este giro la cabeza y le guiñó el ojo al hombre que nos miraba con la boca abierta y completamente rojo. Las puertas se cerraron y Felix se comenzó a reír a carcajadas.
-Eso no fue divertido-dije aun molesta por el acto.
-Vamos, Bella-Paso un brazo por mis hombros-. Admítelo, si lo fue- se rió un poco más.
-Como sea-dije zanjando el tema, pero una sonrisa se extendió por mis labios, si había sido divertido.
Llegamos a nuestra habitación y prendimos las luces, el lugar era enorme y hermoso, parecía una suite para personas adineradas, recién casadas.
Unos brazos se cerraron en mi cintura y me pegaron a un musculoso pecho, unos labios repartieron besos y mordidas por una parte de mi cuello. Cerré los ojos por la sensación que me estaba provocando, tire mi cabeza hacia atrás, dándole acceso completo a mi cuello. Sus manos acariciaban mi cintura y mi abdomen.
No se en que momento quede frente a él y lo besaba con desesperación, pasión y excitación, mis manos se aferraron a su cabello y mis piernas se enrollaron en su cintura. Sus manos acariciaron mis piernas y ascendieron hasta llegar a la blusa, se metieron dentro de esta y tocaron mi piel desnuda. Un gemido se escapo de mis labios y se perdieron en los suyos.
Algo suave toco mi espalda, estábamos en la cama. Con desesperación Felix arrancó mi blusa y la tiro por algún lado del cuarto, imite su acción y pase mis dedos por su musculoso pecho, contornee los músculos de su estomago y brazos.
En menos de medio minuto, estábamos completamente desnudos, refregando nuestros cuerpos con anhelo y deseo. Felix besaba nuevamente mi cuello y ahora mis gemidos eran incontenibles, poco a poco fue descendiendo hasta llegar a mis pechos, donde los torturo con su boca y lengua, arquee mi espalda y enterré mis dedos en su pelo acercándolo más a mí.
-Bella…-murmuro con voz ronca y sexy… ¡Un momento! Esa no era la voz de Felix.
Mire mis manos y estas ya no tenían el cabello corto y oscuro de Felix, ahora era de color cobrizo, era un poco mas largo y estaba completamente desordenado. El desconocido levanto la cara y no me tope con los ojos rojos que conocía, ahora eran dorados y su cara no era la misma, tenía facciones perfectas, nariz recta, pómulos pronunciados, mandíbula ancha…
-¿Edward?

No hay comentarios:

Publicar un comentario