lunes, 6 de diciembre de 2010

Cap 7- DMNAMM

Capitulo 7
EDWARD POV
Las horas se pasaban terriblemente lentas. La casa me parecía cada vez más pequeña y no soportaba tener que andar cambiando el agua y las flores marchitas de los floreros. Cada minuto que pasaba, pensaba en que estaría haciendo Bella, como estaría y si mis hermanos la cuidarían como debía. Tenía deseos de tener los poderes de Alice.
Suspiré y coloqué el último jarrón de la escalera principal, tenia hermosas rosas rojas, brillaban y despedían un delicioso aroma, para nada comparado con el de Bella. Caminé hacia el patio donde estaba Esme arrodillada a la altura de sus preciadas flores, cantándoles una dulce melodía, la reconocí al instante
.
-Ya termine- anuncié acercándome a ella.
-Bien. Gracias, cariño- se levantó y besó mi mejilla.
-Sabes que puedo hacerlo siempre cuando quieras- me senté a su lado y la contemplé hacer su trabajo.
-Te ves ansioso- se rió quitando las flores marchitas.
-No veo la hora de que llegue- confesé acariciando un pétalo.
-¿Le has dicho ya de tus sentimientos?- preguntó sin mirarme.
-No puedo hacer eso, Esme- resoplé y miré el encapotado cielo.
-¿Por qué no?
-Aun es demasiado pronto- en realidad no era demasiado pronto, para mí era un poco tarde.
-A mi no me parece- Esme me miró y me sonrió con cariño-. Yo veo que ustedes se entienden demasiado bien- me guiñó un ojo y volvió a su trabajo.
-Bella ha pasado por mucho y no creo que sea apropiado que se meta en una relación, más si no se que siente por mi- solté un suspiro y maldije al destino por empeñarse con ella.
-Noto que solo buscas pretextos para no saltar a la pileta- murmuró parándose y limpiando sus manos en el delantal. Se acercó a mí y se sentó a mi lado-. Bella te corresponde, ¿porque no decírselo?
-Que me corresponda no significa que ella aun no esté mal por… su ex pareja- murmure mirando mis manos.
-Sí que corresponde, cariño- paso un brazo por mis hombros atrayéndome a su cuerpo-. Ustedes se ven tan felices cuando están juntos, mientras que cuando no lo están parecen que estuvieran vacios y ajenos a la realidad.
-Mi mundo se mueve a su alrededor- admití con una sonrisa-. Me arrepiento tanto de no haber…- sacudí la cabeza mientras la tomaba con mis manos.
-Tú no tienes la culpa de nada- acarició mi brazo mientras apoyaba su mejilla sobre mi cabeza-. Además eso ya paso y está con nosotros, por una vez piensa en ti, Edward. Y se feliz.
Levanté mi cabeza y bese la mejilla de Esme, ella siempre tan atenta, tan dulce, tan protectora, como toda una madre. Siempre aconsejando y dando fuerza a sus hijos, me sentía orgulloso de tenerla como madre.
En ese momento se escuchó el sonido del auto de Emmett sonreí y salte hacia adentro de la casa, corrí a toda velocidad para llegar a ella. La puerta se abrió y algo chocó contra mi cuerpo, su aroma me invadió. Su cuerpo y aroma me hicieron sentir tranquilo, seguro y poderoso.
-Te extrañe tanto, Bella- susurré contra sus cabellos mientras la apretaba contra mi cuerpo.
-Igual yo- sus brazos se ciñeron en mi cintura.
-¡Por favor!- exclamó alguien pero no me permitir escuchar, tome a Bella en brazos y la subí a mi habitación, donde al menos tendríamos un poco mas de intimidad.
No alcance a cerrar la puerta que fueron sus labios los primeros que nos unieron. Sus brazos se acomodaron en mi cuello y sus dedos se enterraron en mi cabello, amaba esa sensación. Abracé su cintura y la pegué a mi cuerpo mientras la hacía caminar hacia atrás. Sin romper el delicioso beso la recosté en la cama, separando sus piernas para poder acomodarme mejor.
Por dios, como la había extrañado.
-Ahora no te dejaré salir de este cuarto-susurré en su oído, mientras mordía su lóbulo.
-No pienso poner resistencia-sonrió y volvió a besarme, pero se separó bruscamente y miró alrededor entre sorprendida y confundida.
La miré divertido por lo tarde de su reacción.
-¿Desde cuándo tienes una cama?- murmuró divertida.
-Desde que se rompió misteriosamente mi sillón y me di cuenta de lo cómoda y útil que resulta ser una cama- ella se rió y suspiro cuando mis labios rozaron su cuello.
-Hoy he tenido un día interesante-susurró mientras acariciaba mi cabello.
-Hmm-mmm- acaricié con mi nariz la longitud de su cuello, aspirando la mayor cantidad de su aroma.
-Conocí a un chico.
Inmediatamente me separé de ella y la miré a los ojos fijamente, ella me sostuvo la mirada por los memos unos dos minutos. Esto no puede estar pasando, pensé, abrí mi boca para decir algo, pero ella rompió a reír confundiéndome, haciendo que la furia desapareciera.
-Deberías de verte la cara- se carcajeó, yo bufé y me alejé completamente de ella.
-Me alegro que te diviertas- me senté en la orilla de la cama, pensando en quien era el maldito que se había acercado a hablar con Bella.
-Oh Edward, lo siento- se disculpó pero yo estaba demasiado concentrado pensando quien era él se había atrevido a acercarse a ella-. De verdad no quise herirte.
Sentí su mano en mi hombro, pero la aparte mientras me ponía de pie y la encaraba.
-¿Quién es?-exigí saber completamente loco.
-Edward yo…
-Respóndeme quien es, Bella- gruñí apretando mis manos.
-¿Qué sucede?- pregunto temerosa.
Respiré hondo, cerré los ojos y apreté el puente de mi nariz.
-Limítate a contestar lo que te pregunte- pedí un poco más sosegado.
-¿Por qué te pones así?- su voz sonaba temblorosa y por alguna razón me molestó aun más.
-Por qué no tolero siquiera pensar en que alguien se atrevió a hablar contigo, cuando dejé más que claro que nadie se tenía que acercar- me acerqué a ella y la tomé por los brazos, clavando mis ojos en ella-. Eres mía Isabella y no quiero que nadie que no sea yo te mire, hable, toque o piense- Bella abrió los ojos ampliamente, mientras que yo no podía controlar mis palabras-. Te amo- susurré suavizando el agarre-. Más de lo que creí que algún día podría llegar a sentir.
Ella se llevó una mano a su boca y reprimió un jadeo mientras sus ojos se cristalizaban por lágrimas que jamás saldrían. En ese momento caí en la cuenta de que había cometido un error en hablar más de la cuenta. Me aleje de ella completamente avergonzado. Iba a salir corriendo por la puerta cuando sentí su cuerpo chocar con el mío.
Me tomó desprevenido por lo que ambos caímos al suelo con un gran estruendo. Bella se separó un poco, tomado mi rostro en sus manos y estampó sus labios con los míos. Su beso era desesperado y podía sentir su sonrisa, aturdido le correspondí el beso. Con la misma intensidad con la que ella me lo daba.
-Yo también te amo- susurró contra mis labios.
Y la felicidad no pudo ser mayor, la abracé fuertemente mientras unía nuestros labios de nuevo. En el piso de abajo se escucharon silbidos y aplausos haciendo que Bella y yo sonriéramos felizmente.
.
Eran las cuatro de la mañana y no podía despegarme de Bella, en todo sentido de la palabra. La cama ya estaba amoldada a nuestros cuerpos que había pasado todo el día en ella. Lamentablemente no pudimos ir a más ya que mis hermanos me cargaban de amenazas. De que Bella aun era una niña, que ellos aun la veían como la pequeña que era y otras cosas más…
Bufando me dejé caer de espaldas al colchón, mientras Bella se acomodaba en mi pecho. Pasé mis brazos por su cuerpo apretándola, sintiendo su cuerpo sobre el mío y lo genial que se sentía, aunque estuviéramos vestidos aun se sentía genial.
-No creo poder dejar que ahora te marches y me dejes solo por ocho horas-murmuré contra su cabello.
-Estaba pensando en ello- inclinó su cabeza para mirarme y yo bajé para dejar un casto beso en su frente.
-No puedo creer que esté pasando esto ahora- suspire soñadoramente, me sentía una adolescente.
-Aunque echaste a perder mis planes de seducción- se rió ella.
-¿Planes de seducción?-pregunté arqueando una ceja.
-Recién ayer me di cuenta de que estaba enamorada y quería atraparte- miró hacia otro lado avergonzada- ¿Tu cuanto llevas sintiéndolo?
-Creo…-me detuve dramáticamente mientras golpeaba mi mentón con un dedo-. Que desde esa vez que nos conectamos por primera vez.
-Hace mucho- dijo ella-. Eso me hace sentir mal.
-¿Por qué?- levanté su rostro con mi mano-. En ese momento era solo inconsciente, hace poco que descubrí el significado de mis actos y pensamientos hacia ti.
-¿Qué piensas de lo que nos sucedió aquel día?- se acostó sobre su estomago apoyando su cabeza en mi pecho.
-La verdad no tengo idea- me encogí de hombros y acaricié su mejilla-. Pero fue una experiencia inolvidable y que me hizo dar cuenta de que aun estabas viva.
Ella me sonrió dulcemente y se acercó para besarme, mis labios jamás se cansaría de besarla, de saborearla. De pronto recordé como me había conectado con ella, me separé y entrecerré mis ojos…
-¿Qué estabas haciendo cuando eso sucedió?-pregunté y ella se puso tensa.
-Bueno… si te digo te pondrás…- se sentó en la cama y me miró de la misma forma- .Yo te hago la misma pregunta a ti.
-Yo pregunte primero- me defendí y ella estrechó aun más los ojos.
-Era el día que me convertí en vampiro, había salido del castillo ya que Carlisle estaba de visita y Felix me llevó a un hotel…- dejó de hablar y miró sus manos-. Recuerdo que se enojó mucho cuando le conté lo me había pasado y él no quiso seguir con nada- me miró con ojos triste-. No completamos nada ese día.
Le tendí los brazos y ella se recostó en mi pecho de nuevo, abrazándome fuertemente. Sabía que hablar de Felix la ponía mal.
-Yo tampoco completé nada- dije acariciando su cabello-. Ese día había llegado un aquelarre al pueblo y la mujer que los acompañaba tenía un peculiar don- ella me miró esperando a que continuara-. Me controló para que me acostara con ella, pero cuando te vi, la dejé y muy indignada se fue- me reí al recordarlo.
Nos quedamos abrazados hasta que el sol comenzó a salir, me sentía tan tranquilo, en paz. Nunca imaginé sentirme así, ni en mis pensamientos mas locos se me hubiera cruzado por la cabeza que un día una pequeña niña llegaría a mi vida y la cambiaría por completo.
-Te amo tanto, Bella- murmuré apretándola contra mi cuerpo, temiendo que desapareciera en cualquier momento-. Quiero que nunca dudes de ello, no importa que pase, nunca lo dudes.
Bella se separó de mí y se levantó de la cama, sin mirarme.
-Yo también te amo-susurró-. Me voy a preparar antes de que Alice venga a molestarnos.
Sin dejarme a decir nada salió de mi cuarto y escuché como cerraba la puerta del suyo. Estaba congelado en mi lugar sin entender qué demonios había pasado. O que había hecho mal. Me levanté y fui hacia su cuarto pero me encontré con Jasper a punto de tocar mi puerta.
-¿Qué sucede?-pregunte curioso de verlo tan temprano.
-¿Qué paso con Bella?- me preguntó en su mente, mi ceño se frunció sin entender nada-. De pronto ella se comenzó a sentir triste, confundida ¿Qué paso?
-No lo sé, hermano- le hice entrar y cerré la puerta a mis espaldas-. Estábamos hablando y de repente ella se levanta y se va.
-¿De qué estaban hablando?-susurró con los brazos cruzados.
-Le decía que no dudara de que la amaba y ella se marcho sin mirarme, solo diciendo que también me ama- me encogí de hombros y me senté en la cama.
-Eso es raro- dijo Jasper caminando hacia el ventanal.
-Voy a hablar con ella- dije mientras me ponía de pie.
-¡No!- me detuvo agarrando mi hombro-. Esta realmente confundida, tiene muchas emociones mezcladas. Déjala sola por un rato.
-¿Estás loco?- me giré para encararlo-. Ella es mi novia y me preocupo por como esta.
-Lo sé, Edward- suspiro-. Pero no interfiero por que quiera, y lo sabes- apretó mi hombro-. Dale su espacio y cuando este calmada le preguntas bien.
Asentí mientras miraba la puerta y me preguntaba qué era lo que le había pasado.
Eran las siete y todos nos encontrábamos en el piso de abajo, despidiendo a los que iban a la escuela, Bella aun no salía de su cuarto, decía que no encontraba que ponerse y por ende Alice se había encerrado con ella. A los pocos minutos bajaron y Bella se veía un poco mejor ya que se acercó y me planto un beso.
-Te voy a extrañar- murmuró contra mis labios.
-Y yo a ti- la sostuve de su cintura-. Cuando vuelvas quiero preguntarte algo.
-Seguro-asintió y volvió a besarme.
-¡Ya basta, tenemos que irnos!- Alice la arrancó de mis brazos y la llevó a rastras al auto.
Miré a Jasper confundido esperando a que me contestara que es lo que había pasado, pero solo palmeó mi espalda y salió detrás de los demás.
-Quiero volver al instituto- dije malhumorado cuando Carlisle bajaba por las escaleras.
-Estas suspendido ¿recuerdas?- se burló mientras besaba a Esme.
-No castigaste a Esme cuando amenazó a una de tus enfermeras por coquetear abiertamente contigo en frente de sus narices- le reproché mientras me sentaba en mi taburete con una enorme sonrisa.
Ambos estaban recordando aquel día, pero los recuerdos de Esme eran los mejores, ya que ella los había vivido. Aun sonreía maléficamente al recordar la cara de la asustada chica.
-Pero ella no le rompió el hombro a nadie- la defendió.
-Pero si causo serios problemas a aquella chica- deslicé mis dedos por las teclas- ¿Durante cuánto tiempo tuvo que ir al psicólogo?- dejé de tocar mientras pensaba-¡Oh, espera! Aun sigue yendo…
-¡Esta bien! ¡Suficiente!- gritó enojado mientras Esme reía-. Hablaré con tu director.
-Gracias, papá- pestañeé rápidamente-. Sabía que saltarías a defenderme.
Carlisle sonrió y negó con la cabeza para luego salir por la puerta despidiéndose.
-Buena jugada, hijo- me felicitó Esme besando mi mejilla.
-Gracias a ti, Esme.
Ahora solo quedaba volver al instituto, golpear quien quiera que fuera el que se atrevió a hablar con Bella, y hablando de ella, saber que era lo que había pasado hacía unas horas atrás.

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