lunes, 6 de diciembre de 2010

Cap 2- DMNAMM

-Capitulo 2-
EDWARD POV
Los días seguían pasando, con suma lentitud, y Bella aun se negaba a aparecer. Un mes pasó y yo estoy completamente ansioso. El saber que ella estaba a la intemperie, sola, con sus ropas sucias y mojadas, me dejaba frustrado y preocupado.
No era que me preocupara que ella se enfermara, por que eso era imposible, pero me preocupaba que estuviera sola, sufriendo y yo aquí, esperando a que ella decidiera regresar, no, a que ella me dejara acercar.
Levante la vista de las teclas del piano, y mire por el ventanal, más allá del floreado y colorido jardín de Esme. Mire el oscuro y crudo negro, donde segundos después se materializo mi hermano Jasper
Estaba con la cabeza gacha y las manos en los bolsillos, otra vez, no la había podido convencer.
-¿Cómo esta?-pregunte una vez que estuvo dentro de la casa.
-Igual que siempre, quizás peor- se sentó en el sofá y recargo su cabeza en el respaldo.
-Aun no quiere que vaya yo- más que preguntarlo lo afirme.
-Cuando digo tu nombre ella se tensa y sus emociones se alteran. Es extraño-suspiro mi hermano-. Aun no entiendo por que- susurro para si mismo.
-Yo menos- coincidí- ¿Ha comido?
-Por eso digo que quizás este peor- se refregó los ojos con las manos-. No ha querido probar nada, tiene un aspecto horrible.
Me mostró en su mente la imagen de una Bella totalmente desconocida para mí. Su cabello estaba completamente enmarañado y opaco, con rastros de barro y hojas. Su ropa estaba en peores condiciones que como me la había imaginado, y sus ojos estaban negros…no reflejaban emoción, sus ojeras eran pronunciadas.
-No lo soporto- siseé mientras me paraba de golpe.
Iría a verla, aunque ella me quisiera arrancar la cabeza, no me importa, la obligaré a venir a la casa.
-Quizás, si ahora la vas a ver, ella no te ataque- dijo Alice desde la escalera, tanto Jasper como yo nos sobresaltamos.
-¿De verdad?-pregunte un tanto emocionado y esperanzado.
-Solo es un quizás- se encogió de te pasa algo lo veré, pero será mas eficaz que grites.
-¿Qué paso, tus visiones se fueron de vacaciones?- me burle a lo que ella respondió sacándome la lengua-. Muy maduro.
-Llévale esto- me tendió una bolsa-. Déjasela y sal corriendo- se burlo.
Yo rodé los ojos y salí disparado hacia el bosque, mis pies corrieron con impaciencia y a gran velocidad, estaba desesperado, pero no me importaba, lo único que quería era verla. Me pare en seco cuando estuve a unos metros de ella, de repente me sentí nervioso, como si estuviera haciendo algo malo, y todos los pensamientos de obligarla se esfumaron. Sentí miedo, por que ella me rechazara y no me dejara ayudarla.
-¿Qué haces ahí escondido?- su voz me trajo a la realidad, sacándome de mis pensamientos.
Estaba sentada con sus piernas flexionadas, las abrazaba con sus brazos con fuerza, como si temiera que su cuerpo se partiera en dos. Ni siquiera había levantado la cabeza para verme, miraba sus rodillas con gesto ausente. Su voz sonaba áspera, seca, sin vida.
-¿Me puedo acercar?-pregunte titubeante.
-¿Por qué todos no me dejaran en paz?-susurro aun con voz apagada.
-Por que nos preocupamos por ti-dije dando un paso hacia delante.
Ella no me miro, pero si se estremeció cuando seguí avanzando, me senté al frente de ella, con cautela, cuidando la distancia entre nosotros. En cuanto me senté ella levanto sus opacos ojos.
-Por dios, Bella-susurre con tristeza, reprimí las ganas de abrazarla-. Debes alimentarte.
-¿Algún humano que me recomiendes?
La pregunta hizo que mi cuerpo se tensara por completo, ella mataba humanos. Recordé el día en que nos ataco, sus ojos eran rojos…ella se alimentaba de…humanos.
-Relájate, estaba bromeando-un atisbo de sonrisa se asomo por sus labios, negó con la cabeza y apoyo el mentón en sus rodillas.
-Con ese aspecto no parece que lo estuvieras haciendo- dije respirando con alivio, pero a la vez molesto.
-Gracias- dijo con sarcasmo-. Se que no me veo bien, no tenías que ser tan directo.
-Lo siento-sonreí apenado.
Nos quedamos callados un rato, disfrutando del silencio, que extrañamente no era incomodo, pero tampoco agradable. Ella seguía ausente, y como nunca antes desee poder entrar en su mente, desee saber que era lo que estaba pensado, para poder ayudarla, claro, si ella me lo permitía.
-¿Qué es eso?-pregunto Bella, rompiendo el silencio.
-¿Qué cosa?-dije confundido.
-La bolsa-la señalo con un dedo.
-Oh- mire la bolsa en mi regazo-. Te lo manda Alice- se la tendí.
-¿Alice?- frunció el ceño y yo asentí- ¿Que contiene?
-Sácanos de la duda- le sonreí.
Ella tomo la bolsa y la abrió, sacando de adentro una muda de ropa. Eran un pantalón jean y una remera roja y unas zapatillas. De la bolsa se deslizo una hoja, Bella dejo la ropa aun lado, tomo el papel y lo leyó en silencio.
-Ustedes realmente se preocupan por mí-dijo con voz entrecortada.
Otra vez tuve que reprimir el impulso de estrecharla entre mis brazos.
-Por supuesto que si, Bella- estire mi mano para tocar la suya-. Nunca debiste de dudar de nosotros…
-¿Y que hubieras echo en mi lugar?-pregunto alejando su mano bruscamente de la mía, para luego ponerse en pie, tirando todas las cosas en el húmedo suelo.
Su rostro ausente y apacible había cambiado a uno lleno de enojo, ira…
-Desde que tengo memoria mi vida ha sido una mierda…-siseo con voz entrecortada-. Primero la muerte de mi padre, el casi abandono de mi madre, el…abuso de mis tíos, la muerte de mi madre, el engaño…Felix… oh, Felix- se llevo las manos a la cara y su cuerpo tembló levemente junto con débiles sollozos
Me puse en pie, tome uno de sus brazos y la atraje a mi cuerpo, su cuerpo temblaba lastimosamente, los sollozos salían de sus labios con dolor. Ella paso sus brazos por mi cintura y escondió la cara en mi pecho.
-Detesto no poder llorar- susurro con rabia y dolor.
-Te entiendo- susurre contra su cabello, mientras lo acariciaba, la sentí estremecerse-. El día que tu madre vino a buscarte y cuando nos enteramos de que tú casa había sido destruida, quise llorar como nunca y no pude…
Nos quedamos un tiempo así, hasta que la lluvia cayó sobre nosotros, amortiguada por las hojas de los árboles, pero aun así en cuestión de dos minutos estábamos empapados. Las palabras de Bella aun rondaban por mi cabeza, era verdad que su vida había sido de la peor manera y había terminado y empezó otra con la misma desgracia…Felix, pensé. Él era la pareja de Bella, según había escuchado, perder a tu compañero era como perderte a ti mismo, tu vida no era la misma…
-Bella… ¿Tu y Felix…?-deje la pregunta incompleta, por alguna razón me dolía escuchar la respuesta.
-Debes volver a tu casa- se separó con la cabeza gacha, iba a volver a sentarse pero la sujete por los codos.
-¿Ustedes estaban emparejados?-mi mente rogaba que ella dijera que no. Pero Bella no me contestaba, solo se limitaba a mirar el suelo-. Bella…
-¿Para que quieres saberlo?- pregunto aun con la vista en el suelo.
-Solo dímelo.
-Nosotros éramos controlados por Chelsea- apretó los puños- ¿Sabes por que me duele su perdida?- pregunto levantando la mirada, yo simplemente negué con la cabeza-. Por que le dije que si le amaba sin importar lo que nos estuvieran haciendo, sin embargo…ahora- se agarro de mis antebrazos como buscando apoyo para no caer-…me di cuenta de que jamás lo ame, que jamás le vi como algo mas que un amigo o un hermano, pero él siempre me decía…
-Lo siento, Bella- le susurre atrayéndola a mi pecho de nuevo, sus manos arrugaron mi camisa y rompió en un grito desgarrador.
Me dolía tanto verla así, pero a la vez me sentía egoístamente aliviado de que ella no estuviera unida a aquel vampiro. Pero no me podía aliviar del dolor que ella sentía. Acaricié lentamente su espalda para calmarla, sus gritos habían cesado, pero los sollozos no.
-Debes irte a casa- susurro después de un largo rato.
-No, a menos que tu vengas conmigo-murmure abrazándola, por alguna razón no podía separarme de ella.
-Yo no soy parte de la familia.
-¿Quién dice?- la separe un poco de mi y le sonreí-. Tú siempre fuiste parte de la familia, desde el día que apareciste hace doce años, gritando por que Emmett te había asustado.
-Pero…
-Todos estás preocupados por ti, quieren que vuelvas a casa, con nosotros- le acaricié la mejilla.
-Yo la destruí ¿Cómo pueden esperar a que vuelva?- frunció el ceño.
-Tuviste tus razones para hacerlo, pero nadie te guarda rencor.
-No lo se…-un pequeño gritito se escucho por el bosque, sonreí al reconocerlo, Bella levanto el rostro con una tenue sonrisa-. Eso significa que al final aceptare.
-Eso o Alice te lleva a rastras- le sonreí con una, tome su mano, entrelazando nuestros dedos y la conduje lentamente hacia la casa.
Nos tomamos el tiempo en ir caminando a paso humano por el bosque. Ciertamente, Bella, se había alejado demasiado de la casa. Cerca de los límites entre la reserva, aunque los lobos ya no existían me asustaba que algo le pasara.
-Estoy echa un asco- susurro mirando su ropa.
-Cuando lleguemos te bañas y salimos a cazar- me giro para sonreírle, ella un estaba apagada.
-Para que bañarme si me volveré a ensuciar-replico mirándome a lo que yo respondí rodando los ojos.
-Para que comer si mañana lo volverás a hacer- contraataque, ahora ella rodó los ojos.
-No es lo mismo. Nosotros ni siquiera comemos.
-Si lo hacemos….-conteste-. No con la misma frecuencia como los humanos, o su misma comida…pero comemos.
-No recuerdo que fueras tan testarudo- me reprocho.
-Lo aprendí de alguien- la mire de reojo sonriendo, mostrándole de quien lo había aprendido. Ella rodó los ojos y negó con la cabeza.
Seguimos caminando, y no podía dejar de pensar en el porque Bella se rehusaba a verme antes, la pregunta se estrujaba en mi garganta pidiendo ser liberada, pero no quería cortar el contacto con Bella. Ella había aceptado mi mano y ahora caminaba tomada de ella, aferrada fuertemente.
De vez en cuando miraba a Bella, estaba sumamente callada, sumida en sus pensamientos, mirando el suelo. Quería preguntar que era lo que pensaba, ya que su escudo bloqueaba mi poder, pero apretaba mi mano libre y me decía a mi mismo, tiempo.
Podía sentir los pensamientos de mi familia, estábamos pocos metros, podíamos ver las luces y las sobras de ellos esperándonos en la puerta. Bella se detuvo en seco y miro asustada al grupo de vampiros. Apreté su mano para infundirle valor, pero se la notaba tan asustada y tan tensa que no reaccione a tiempo con el grito de Alice.
-¡Emmett a ella!- apunto a Bella y un segundo después mi inmenso hermano estaba saltando sobre nosotros.
Tanto Bella como yo retrocedimos unos pasos. Emmett aterrizo limpiamente sobre sus pies, tomo a Bella por la cintura y se la echo al hombro, me miro y se carcajeó fuertemente cuando Bella comenzó a chillar y mover los brazos y las piernas para que la bajasen.
Mi hermano se largo a correr de nuevo hacia la casa, entrando en ella, seguida de una emocionada Alice, que daba pequeños brinquitos y aplaudía, Jasper le siguió sonriendo, luego mis padres negando con la cabeza con una enorme sonrisa. No había señales de Héctor y Caroline.
Los gritos se seguían escuchando dentro de la casa, Emmett había dejado a Bella en el baño de su habitación y Alice había irrumpido para quitarle la ropa. Suspire de alegría y entre en la casa, todos estaban en la sala sentados en los sillones con unas sonrisas de satisfacción en la cara.
-No tenían que ser tan….
-¡Puedo quitarme la ropa yo sola, Alice!-grito Bella desde arriba.
-No seas testaruda- se quejo mi hermana, que veían en su mente como forcejeaba con Bella.
-¡Ya no soy una niña!-volvió a gritar-¡Suelta, Alice!-luego de eso su remera se desgarro de forma que le quedo un gran escote hasta el ombligo dejando al descubierto su piel blanca y suave….
-¡Edward! ¡Sal de mi mente o si no…!- La amenaza de Alice quedo incompleta ya que bloquee su mente
En ese momento me di cuenta de que me había quedado parado en medio de la entrada, mirando las escaleras.
-¿Edward?-me llamo Jasper en su mente, mirándome con incredulidad y sorpresa
-No hables- sentencié sentándome en el sillón- Ni pienses- nuestra familia nos miro interrogantes-. ¿Dónde están Caroline y Héctor?-pregunte desviando un poco el tema.
-Se fueron a cazar alegando de que querían darle su espacio a Bella-dijo Esme con una sonrisa, yo asentí y trate de prestar atención a la pantalla, intentando no pensar en lo que pasaba en el piso de arriba.
-Pervertido- me recriminó Alice en su mente-¡Listo!- dijo bajando por las escaleras arrastrando a Bella.
Llevaba un nuevo pantalón jean que se ajustaba sus bien formadas piernas y una remera azul, que se ajustaba perfectamente en sus curvas…
-¡Edward!-grito Jasper y de nuevo me di cuenta de mis pensamientos- ¿Qué demonios te pasa?
-Necesito ir a cazar-dije poniéndome en pie y casi corriendo hacia la puerta.
-Yo te acompaño-dijo Bella zafándose de las manos de Alice y saliendo corriendo por la puerta.
Demonios, había olvidado la acompañaría a cazar. Con un suspiro y unas amenazas de Alice más, salí detrás de Bella, quien me esperaba impaciente.
-¿Lista?-pregunte cuando me acerque un poco más a ella.
-Lo que sea para no ser la muñeca de Alice-dijo un tanto nerviosa mirando la casa.
-¡Te escuche!- grito Alice-. ¿Y sabes que es mejor? ¡Que no duermo! ¡Así no te podrás escapar!-Bella se estremeció y tomo mi mano internándonos a ambos en el bosque.
Creí que la caza me relajaría de mis extraños pensamientos, pero fue todo lo contrario. Ver a Bella cazar a un animal, domarlo, morderlo y succionar de a poco aquel liquido, fue lo más sensual que en mi vida haya visto. Prácticamente no comí solo para verla a ella y poco a poco me embelezaba sus movimientos, sus gestos…todo.
¿Qué demonios me estaba pasando? ¿Por qué reaccionaba así estando cerca de Bella? ¿Por qué estaba pendiente de cada movimiento de ella? ¿Por qué sentía constantemente un hormigueo en el cuerpo cuando me tocaba o simplemente me rozaba?
-¿Edward?-su hermosa voz me trajo de vuelta al mundo real- ¿Me estas escuchando?
-Claro-mentí, estaba claro que no escuche ninguna palabra.
Después de la caza nos sentamos en el pasto a mirar un cielo despejado, mientras solo nos limitábamos a hacernos compañía. Bella aun no quería ir a la casa, sabía que Alice la estaría esperando.
-Entonces… ¿Que opinas?- pregunto mordiendo su labio- ¿Vuelvo a Volterra para matar a Aro por mentirme?
-¡Estas loca! ¡Ni sueñes que te dejare ir a ese lugar!- dije completamente exasperado ¿en que demonios estaba pensando?
-No me estabas escuchando- se quejo Bella suspirando.
-Oh-fue todo lo que salió de mis labios, mientras me avergonzaba por no estarla escuchando.
-¿En que piensas?-pregunto mirándome, sus ojos estaban dorados y hermosos, pero extrañaba esos enormes y expresivos ojos marrones.
-En muchas cosas-no quería decirle que estaba teniendo pensamientos indecorosos con ella- ¿Qué me estabas diciendo?- desvié el tema de mi.
-Te estaba diciendo gracias- se encogió de hombros y apoyo su cabeza en mi regazo.
-¿Gracias?-pregunte como tonto y un poco sorprendido por sus actos.
-Si, ya sabes, es la palabra que usamos para expresar gratitud a otra persona por sus acciones.
-No te pregunte el significado- golpee su frente suavemente-. Te preguntaba por que lo decías.
-Por tus acciones- dijo en tono de burla-. Por sacarme de ese pozo en el que estaba.
La mire alzando una ceja y no pude evitar parar las palabras que salían por mi boca.
-Te hubiera ayudado antes si me hubieras dejado acercar.
-Tengo mis razones- cerro los ojos cuando pase una mano por su sedoso cabello.
-¿Y esas son…?-insistí.
-Te las digo si me dices que pensabas- me sonrió con burla, pero esa emoción no legaba a sus ojos.
-Eso no es justo- me queje y seguí jugando con su pelo.
Era increíble como en un par de horas las cosas con Bella se habían mejorado. Pero aun así por ahí se encontraba ida, perdida en su cabeza, aquella niña alegre no estaba más, fue sustituida por una vampira que aparenta estar bien, cuando en sus ojos se ve lo sola y devastada que esta.
-¿Sabes que estaré aquí para lo que necesites?-pregunte recargando mi cabeza en el tronco del árbol. Sentí como Bella asentía- ¿Qué puedes contar conmigo siempre? ¿Qué nunca más te dejaré sola, aunque tú no me quieras a tu lado?
Bella se sentó en mis piernas, pasando sus brazos por mi cintura, apoyando su cabeza en mi hombro y susurrando que ella siempre contaría conmigo. Pasé mis manos por su cintura y la estreche contra mí.
Cerré mis ojos mientras una calida sensación se expandía por mi interior. Me sentía vivo, de nuevo.
Y feliz, por que Bella estaba de nuevo conmigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario