lunes, 6 de diciembre de 2010

Cap 13- DMNAMM

Capitulo 13
EDWARD POV
Mis hermanos y yo nos quedamos mirando atónicos el escenario. Pero aun más era la cara de Bella. Su expresión. Era totalmente carente de emociones. Podía notar la satisfacción de haber hecho lo que hiso y la indiferencia de haber matado a alguien. No podía creerlo, me negaba a hacerlo. Pero era un completo estúpido si no quería admitir no que había delante de mis ojos.
-¿Ahora no estás tan dispuesto a casarte conmigo?- preguntó con frialdad-. La niña perfecta a mostrado su verdadera cara… ¿aun así me amas, Edward?- sonrió de manera socarrona.
La incredulidad no cabía en mí ¿Realmente esta era Bella? Esta chica quien estaba parada frente a mí, con una mueca macabra en el rostro y sus labios manchados de sangre no podía ser mi adorada y amada Bella. Esta quien estaba frente a mí era un monstruo, uno con el rostro de Bella.
-¿Por qué hiciste algo así, Isabella?- preguntó Jasper con enfado.
-¡Por favor, ya no soy una niña para que me regañes!- exclamó levantando sus manos al aire-. No pude soportarlo. No pude resistirme. Este tenía que ser mío ¡Por algo su sangre cantaba para mí!- dicho esto pateó el cuerpo.
Retrocedí ante lo que me estaba enfrentando. Quería salir corriendo, Tenia deseos de hacerlo. Quería ser un maldito humano y llegar a albergar la esperanza de que esto fuera un sueño. Pero soy un vampiro y yo no podía dormir, así que en pocas palabras esto era real. No podía apartar la vista de ella, mi mente me gritaba que lo hiciera, pero no podía, no cuando me era imposible creer. Me sentía aturdido y confundido.
-Ya no puedo soportarlo- lloriqueó tomando su cabeza entre sus manos-. Ya no soporto tener que estar bebiendo de animales. No soporto sentirme débil. No soporto tener que caminar ente los humanos como si fuera uno más- apuntó al cuerpo y soltó las palabras que jamás creí escuchar de su boca-. Ellos son comida y nosotros debemos alimentarnos de ellos.
Emmett se abalanzó sobre ella pero no se lo permití. Tomé a mi hermano por la cintura y lo aparté de ella antes de que la tocara. Mi hermano cayó sobre sus piernas y me miró con incredulidad.
-¡Edward!- gritó sorprendido- ¡¿Cómo puedes defenderla después de lo que está diciendo?- exigió saber.
-No te permitiré ponerle un dedo encima- gruñí encarando a mis dos hermanos.
Era la verdad, no podía permitir que nadie se atreviera a ponerle un dedo encima o amenazarla. Yo la amaba, más que a mi propia vida. No me importaba que fuera ella. Yo la amaba y la iba a proteger.
-No necesito de tus cuidados- murmuró a mis espaldas.
Me giré para encararla. Su rostro había adquirido ese semblante triste y dolido que era de la propia Bella. Mi Bella.
-Amor…- levanté mis manos para tocarla, pero todo pasó demasiado rápido.
-Demonios- murmuró, Jasper, entre dientes antes de gritar- ¡Lobos!
Solo fue un segundo de distracción, solo uno. Solo había levantado mis ojos para ver a los lobos emerger desde el frondoso bosque. Ese segundo me costó caro. Cuando quise reaccionar uno de los lobos pasó corriendo y tomó a Bella entre sus dientes y la llevó hacia la oscuridad.
-¡NO!- grite con pánico.
Esto no podía estar pasando. Esta debía de ser una pesadilla.
.
BELLA POV
Nunca me había sentido más sucia en toda mi vida. Traicionera, infiel, descarada, desleal. Y podía seguir insultándome más. Me dolía ver aquel rostro hermoso desfigurado por la incredulidad y el dolor. Podía ver como sus ojos se negaban a creer lo que estaba diciendo, pero no se me había ocurrido hacer otra cosa. Tenía que alejarme de ellos, de toda mi familia. Si no lo hacía Sebastian los mataría y prefería que me odiaran antes que verlos muerto.
Steven Maxwell jamás fue mi cantante. Nunca. Su sangre era la más amarga que había probado alguna vez. Los ciervos sabían mejor que él. Pero lo tuve que matar y me fue tan difícil. Pero lo hice, no sin antes torturarlo como se debía.
Gracias a Jacob y algunas investigaciones en el despacho de Carlisle, me había enterado de que ese joven había cometido varias violaciones, robos y había matado a una joven. Todo eso en menos de un año. El chico tenía grandes antecedentes, pero era salvado gracias a las grandes cantidades de dinero que depositaba su padre para mantenerlo fuera de la cárcel. Sin embargo no había dinero en el mundo que podría ofrecerme cuando lo engatusé para matarlo.
Cuando había fingido que su sangre me llamaba y había logrado convencer a Edward de que se quedara y no me siguiera. Salí fuera del establecimiento y esperé a que el almuerzo terminara, mientras tanto pensaba en que iría a cazar ciervos para que Alice no sospechara. En cuanto el chico salió hacia el exterior lo encaré y lo seduje a que me siguiera. El muy tonto me había seguido de buena gana y se creyó todas mis palabras.
Él me había seguido con los ojos cerrados. Embelesado por mis palabras y mi cuerpo. En realidad ningún humano se podía resistir a nosotros. Siempre que pasáramos cerca de ellos se rendirían a nuestros pies. Y Steve no era la excepción. Solo un par de palabras e insinuación y él ahora estaba muerto. Un adolescente con aquellas actitudes no merecía vivir, no merecía seguir haciendo daño a la gente. Con tan temprana edad castigaba a un pequeño pueblo y no era castigado como se debía, de mayor sería un problema para todo un estado. Me alegraba de haber contribuido con quitar un estorbo al mundo. Sin embargo aquello no me hacía sentir mejor. Una vida era una vida.
Aun no sabía cómo Jacob había aceptado ayudarme con esta locura. No cuando ellos tenían un estricto tratado que seguir. Era claro que ninguno de los Cullen debían de morder a nadie en el pueblo de lo contrario la paz entre las dos razas se acabaría y se armaría una guerra donde pelearían hasta que uno de ellos sobreviviera. Algo estúpido. Pero Jake me había ayudado a convencer a la manada, para ello tuvimos que buscar a un humano al que no se lamentara su muerte.
FLASH BACK
-Bella lo que me pides es arriesgado y demente- dijo al tiempo en que terminé de contarle mi plan.
-Jake, no puedo permitir que los Vulturis mandes a Sebastian- dije con preocupación y miedo-. Es una amenaza con todos los dones que tiene. No quedará manada si él llega.
-Pero no puedo convencer a Sam de quebrantar el tratado.
-Sebastian no esperará mucho en intentar librarse de los Vulturis- intenté hacerlo entrar en razón-. Hay que destruirlo.
-¿Y cómo planeas hacerlo tú sola?- preguntó seriamente.
-Me han entrenado anteriormente- desvié mi mirada recordando el tiempo con Felix.
Él me había entrenado para que yo llevara a cabo la venganza contra mi familia. Él siempre me había advertido de los Vulturis, me había dicho que no creyera en ellos. No había un día en el que no pensara en él, en sus días entrenándome, compartiendo todo lo que sabía. Ahora sus enseñanzas no iban a ser en vano. Las iba a emplear en todos ellos.
-Bella, no puedes hacer todo tu sola- dijo Jake atrayendo mi atención nuevamente.
-Si puedo y lo haré- estaba completamente decidida-. No voy a arriesgar a nadie en esta pelea. No voy a permitir que nadie muera.
-Vas a desatar una guerra cuando mates al humano- dijo serio.
-Por eso te pido que hables con Sam- supliqué tomando sus manos-. Por favor, Jake. Debes ayudarme.
FIN DEL FLASH BACK
Al mi amigo había terminado ayudándome. Logró hablar con Sam y hacerlo aceptar mi propuesta. Él prefería perder a un humano que a todo un pueblo, y quizás más. Pero se negaba a que matara a uno inocente, por lo que se pusieron a investigar quien sería el más adecuado. Podría decirse que era macabro lo que estábamos haciendo. Pero yo tampoco quería terminar matando a un humano inocente y ajeno a cualquier cosa. Al menos Steve tenía grandes antecedentes y todos estuvimos de acuerdo en que no le haría daño a nadie su triste partida. Después de que todo se había puesto en marcha le había pedido a Jake que borrara nuestra charla de su cabeza, para que Edward no pudiera leerle la mente. También le había pedido que no se acercara a la escuela o a mí. De esa manera no tendría que extender mi escudo y Edward no sospecharía de no poderle leer la mente. Por lo que optamos por ignorarnos.
-¡Bella!- escuché su aterciopelada voz llamarme con desesperación.
-Bien, llegó el momento de actuar- murmuré palmeando el hocico de mi amigo.
Él me miró con preocupación.
-No temas en hacerme daño- le animé.
Resopló y pude leer como me llamaba demente. Se detuvo y me colocó en el suelo.
-Por favor, no dañes a Edward- pedí y el asintió.
Cerré mis ojos y me concentré en mi personaje. Esta sería la última vez que vería a Edward. Sinceramente no tenía pensado volver a verlo, si lo hacía él ya no aceptaría. No después de todo esto. La muerte, las mentiras. Inconscientemente llevé mi mano hacia la cadenita que tenía en mi cuello. En ella se encontraba el anillo de compromiso que él me había dado. Un recuerdo material de lo nuestro. Los recuerdos siempre estaría, pero aquel anillo era más valioso que cualquier recuerdo.
Lamentaba tanto haber aceptado su propuesta, realmente me había tomado desprevenida y le contesté con lo que en verdad quería. Ahora el me odiaría por esto. Para siempre, pero era más re confortable saber que él seguiría vivo.
Haber decidido quedarme con ellos había sido un error. Sabía que los Vulturis no me daría la espalda como si nada hubiera pasado. Ahora mismo yo iba a proteger la familia que tanto amaba. No me importaba si ellos me odiaban.
Mejor así.
EDWARD POV
La ira, el miedo, pánico y terror se habían apoderado de mi cuerpo y luchaban para uno predominar. Todos estaban empatados. La imagen de Bella siendo atacada de aquella manera por ese lobo no iba a borrarse nunca más de mi memoria. Me estaría atormentado por toda la eternidad. No cabía duda de ello.
Había intentado salir corriendo detrás de ella. Pero los lobos se habían interpuesto en mi camino. Bloqueándome el paso.
-No vas a escapar- gruñó en su mente, mostrándome sus colmillos.
No le contesté, simplemente me lacé a él y lo aparté de un solo golpe. Mandándolo a volar. Mi única preocupación ahora era Bella. Ella tenía que estar bien. El lobo gris no se dio por vencido. Volvió a la carga y ambos comenzamos una lucha. Debía de admitir que aquel lobo sabía cómo luchar. Lo hacía muy bien. Mi agilidad y rapidez eran buenas y me salvaban de las garras del enemigo. Mi ropa ahora estaba rasgada por sus garras y dientes. Hubiera disfrutado de esta pelea si no fuera porque Bella estaba en medio de los dientes de uno de los lobos. Ella anteriormente me había contado que no conocía a los lobos y que nadie le había enseñado a pelear con uno.
Nuevamente azoté al lobo contra un árbol bastante grueso. El animal aulló de dolor y se tendió en el suelo. Ese fue mi momento para ir detrás de Bella.
-Por favor, por favor, que este bien- repetía una y otra vez mientras corría por el bosque.
Podía escuchar cómo se libraba una pelea entre Jacob y Bella. Solo esperaba que ella se encontrara bien y en una sola pieza. Apreté el paso y salté contra el lobo que estaba agazapado, a punto de saltar sobre Bella.
-¡Maldito sean todos ustedes!- gruñó en su mente al tiempo que se zafaba de mi agarre.
Me planté frente a Bella, encarando al lobo, protegiéndola con mi cuerpo. Pero no esperaba que un golpe me mandara volando al otro lado del pequeño claro. El golpe me había tomado desprevenido por lo que no tuve tiempo detener la caída.
-¡No necesito tu ayuda!- gritó Bella saltando hacia Jacob.
Estaba completamente atónico. Ella me había golpeado… Salí bruscamente de mi aturdimiento cuando la vi soltar una patada hacia el lobo, mandándolo a volar en mi dirección. Jacob se desplomó sobre el suelo, gimoteando.
-Lo siento mucho- murmuró Bella apretando sus manos a sus costados-. Lamento mucho todo esto, Edward- la sinceridad brillaba en sus ojos, al igual que el arrepentimiento y dolor-. Pero no puedo con una vida así. Necesito sangre y no de animal- agregó rápidamente cuando estuve por replicar.
Me puse en pie y me acerqué a ella. Bella retrocedió con miedo en sus ojos. Ese simple acto me dolió. Ella nunca huía de mí. Nunca me había rechazado antes…
-Bella, no es tan malo lo que hiciste- estaba completamente desesperado, se estaba acercando el momento que más temía y tenía que encontrar el modo de que ella se quedara conmigo-. A todos no ha pasado alguna vez. Emmett pasó por esto dos veces y nunca lo hemos juzgado…
-Tú no entiendes, Edward- negó con la cabeza interrumpiéndome-. Esto me hiso dar cuenta de lo que quiero…
-¿Ya no me amas?- la pregunta quemó mi garganta, peor que la sed. Temí su respuesta ya que no me sentía seguro de sus sentimientos hacia mí.
Su expresión se suavizo y me miró como siempre lo había hecho. Se acercó a mí y tomó mi rostro entre sus manos. Cerré los ojos saboreando su tacto.
-Siempre te voy a amar- susurró con voz temblorosa.
-Entonces…por favor, Bella. No me dejes- rogué y tomé sus manos antes de que me soltaran.
Ella negó con la cabeza lentamente, parecía que se estaba obligando a moverla. Intentó alejarse de mí, pero se lo impedí, agarrándola con desesperación. Ella se estaba marchando, no podía dejarla ir…
-Suéltame, Edward- exigió mientras forcejeaba conmigo.
Escuché un gruñido detrás de nosotros. Jacob saltó hacia nosotros, con dirección a Bella. La empujé lejos y me puse en su lugar, aceptado al lobo que caía sobre mí. Su boca se abría y cerraba ruidosamente sobre mi cara, mientras mis manos lo mantenían alejado. Esperé a que Bella me ayudara y creí que así sería cuando nuestros ojos se encontraron. Pero ella dio media vuelta y se marchó. Mi cuerpo perdió la fuerza soltando a Jacob. Sus dientes se enterraron en la tierra, a centímetros de mi cabeza.
Jacob se alejó de mí e intentó ir detrás de Bella. Salí de mi aturdimiento levantándome del suelo y sosteniendo al lobo. Dándole la oportunidad a Bella de que escapara. Me sentía tan estúpido por lo que estaba haciendo. Tendría que soltar al lobo y dejar que cazara a Bella. No tendría que importarme. No tendría que seguir amándola. Tendría que odiarla. Sin embargo no podía. Jamás iba a dejar de amarla, aun así ella me hubiera matado yo la seguiría queriendo.
Y me odiaba por ello.
Jacob intentó soltarse de mis brazos, pero jamás le permitiría escapar. Antes muerto.
-¡Suéltame, vampiro!- gruñó en su mente.
-No- negué.
-¿Cómo puedes ser tan estúpido?- cuestionó con incredulidad. Se había quedado quieto-. Ella acaba de dejarte. Te acaba de traicionar y tu… le sigues defendiendo- realmente no entendía mi comportamiento.
-Si tú no lo entiendes… yo menos- dije soltándolo.
-Realmente son unos idiotas, todos ustedes- se burló negando con la cabeza-. Yo jamás permitiría que una mujer me hiciera eso…
-Cállate- le gruñí. Realmente no estaba de humor para que nadie me dijera lo idiota que era.
-Compartir tanto para que ella se sienta más atraída hacia la sangre- siguió ignorándome.
-Jamás lo entendería, chucho- le escupí-. Jamás has estado enamorado como para saber que se siente…
-Si he estado enamorado- me interrumpió-. Se lo que era querer a alguien y enterarte de que en realidad no es lo que pensaba- su mente se llenó de imágenes con Bella-. Yo me había resignado a estar con ella por verla contigo. Y más cuando supe que era un asqueroso vampiro.
-Cuidado a cómo te diriges con ella…
-¡Por favor! ¡Ella acaba de matar a un chico por su sangre!- bramó-. Es un vampiro más, uno que debe morir…
-¡Cállate!- grité y me avancé sobre él.
Me subí hacia su espalda, pasando mis brazos por su cuello, apresándolo con mis brazos. Él tenía razón, ella se había comportado como un vampiro más. Ella había sucumbido hacia la sangre, matando a un inocente en el camino. Pero aun así no podía permitir que él hablara de Bella de esa manera.
Era verdad, nosotros no éramos humanos como para comportarnos como tales. Pero nosotros, los Cullen, no habíamos decidido este destino en nuestra vida. Nosotros habíamos sido convertidos en contra de nuestra voluntad y éramos incapaces de matar a un humano para alimentarnos. Por eso habíamos optado en cazar animales y vivir en conjunto…
-¡Suéltalo, Edward!- gritó alguien pero le ignore.
No iba a detenerme hasta que el perro se comiera sus palabras, hasta que su cuello estuviera roto. Pero no contaba con una enorme ola de tranquilidad. Mi cuerpo se relajó y solté la prisión. Jacob cayó al suelo respirando con dificultad y tosiendo fuertemente. La tranquilidad me había quitado las fuerzas, haciendo que cayera al suelo. En un momento todo lo sucedido me golpeo.
No podía digerirlo, no podía creerlo. Me negaba a hacerlo.
-Edward- me llamó Alice.
-Ella se fue- susurré incrédulo.
Alice cayó a mi lado, pasando sus brazos por mi cuello, acunando mi cabeza contra su pecho, mientras sollozaba.
-Lo lamento tanto- dijo acariciando mi cabello.
-Rompieron el tratado- dijo una voz potente y autoritaria.
Levanté mi cabeza para observa la manada de lobos, humanos, se plantaban delante de nosotros. Mirando detrás de mí, pude notar a mi familia reunida. Todos con muecas de dolor en sus caras. Ellos también sentían la ida de Bella. Eso no era justo.
-Sam…- habló mi padre con su paciencia-. Se lo que acoramos, pero…
-No hay peros, Cullen- gruñó.
-La que lo hiso fue Bella, no nosotros-dije apartándome de Alice.
Mi familia se paralizó ante mi comentario.
-Ella es una de ustedes- dijo uno de los muchachos de la manada.
-¿La ves aquí, ahora?- pregunté señalando nuestro alrededor-. Ella era una de las nuestras.
-¿Qué estás haciendo?- preguntó Rosalie agarrando mi brazo.
-Estoy protegiendo a mi familia- le entrecerré los ojos-. Bella ya no pertenece a nuestra familia. Lo ha dejado bien en claro.
-Pero lo era mientras acecinaba al chico- terció Sam
-Y ahora esta prófuga. Nos abandonó, por lo que no merece ser llamada Cullen- miré a Jacob quien aun se mantenía en su forma de lobo.
-Edward, estas exagerando- dijo Esme tomando mi mano.
-No exagero, madre- la encaré y pude ver en su mente mi propio reflejo.
Había una sola emoción en mis facciones. Era el dolor. Un crudo dolor. Realmente no podía sentir otra cosa.
-A ella ya no le importamos ¿Por qué debería de importarnos a nosotros?- dije con rencor-. Yo no voy a dejar que se libre una batalla por que ella cazó en nuestro lado y se marchó.
Mi madre desvió su mirada. Ella entendía mi punto de vista. Pero aun así ella no quería que la manada fuera detrás de Bella. Ella aun la quería sin importar nada. Y la verdad era que por más dolor y rencor que sintiera… yo opinaba igual que ella.
Saltaría sobre todos los lobos si intentaran ir tras ella. Ellos la matarían fácilmente y yo estaría dispuesto a morir con ella.
¿Qué sentido tenía seguir viviendo si ella no estaba más en este mundo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario