Capitulo 5
EDWARD POVEra como había supuesto. Todos, y no solo la mitad, del instituto habían puesto sus ojos en Bella, la miraban, comían, desvestían y hacían el amor y otras cochinadas con los ojos. La miraban de arriba abajo, algunos mas sucios que otros se pasaban la lengua por los labios, otros le tiraban besos o piropos. A este punto yo estaba gruñendo con ferocidad, alejándolos con una miraba acecina.
De vez en cuando miraba a Bella, ella se encontraba tensa, tenía mi mano fuertemente agarrada, la escuchaba susurrarse frenéticamente que se controlara, que lo superaría. Eso era más o menos lo que me mantenía a raya de cometer una masacre, pero algunos pensamientos eran demasiado fuertes y captaban completamente mi atención.
-Tranquila, relájate- se repitió cuando salimos de la primer clase.
-Estas bien, Bella- pase un brazo pos sus hombros y le acaricie un brazo.
-Es demasiado para mi, Edward- medio lloriqueo.
-Es control, tu mente sobre tu cuerpo- le aconseje besando la parte de arriba de su cabeza.
-Si no estuviera a mi lado…- se estremeció y negó con la cabeza.
-Todo ira bien. Relájate.
Luego de eso asistimos a las demás clases, se la notaba un poco menos tensa, ahora podía anotar los apuntes en su cuaderno, podía controlar la fuerza de la ansiedad, eso me puso muy orgulloso de ella. Sabía lo que debía de costarle esto, a pesar de que ella se siguiera alimentando de animales. La sangre de humano llama y para ella que es neófita es peor…
-Es la mujer más hermosa que haya visto en mi vida. Tiene que ser mía- gruí ante ese pensamiento-. Oh, por dios, lo que será tenerla en mi cama, jadeando…sudada…gimiendo como loca…
Sin pensarlo golpee la mesa en la que estaba y esta se astillo un poco, llame la atención de toda la clase. Todos se me quedaron mirándome como si estuviera loco…
-¿Sucede algo, señor Cullen?-pregunto el profesor un poco prepotente y esperanzado al tener que mandarme a la dirección.
-Solo había un bicho, profesor. Lamento la interrupción de su clase- soné lo mas cortes que pude ya que me costaba separar mis dientes.
-Que no se repita- bufo y siguió con la clase.
-¿Pasa algo?-me susurro Bella, pero yo solo negué con la cabeza- ¿Seguro?- insistió y yo asentí.
Me miro unos segundos y luego volvió su atención a la clase, los minutos pasaron y llego la hora del almuerzo, aun estaba tenso por los pensamientos. Nadie se había fijado en Alice ¡Ni siquiera en Rosalie!, las había visto pero Bella era la que más les llamaba la atención.
-Cálmate, Edward- dijo Jasper una vez que nos sentamos en la mesa.
-No puedo.
-¿Por qué no me dices que tienes?-pregunto un tanto molesta, Bella.
-Por que no te gustara saber- me gire a mirarla.
-Me esta molestando que no me lo digas- entrecerró los ojos.
-¿Realmente quieres que te diga los morbosos y escandalosos pensamientos de estos adolescentes? ¿Quieres saber en que posiciones te imaginan y las blasfemias que te obligarían a decir?- no me pude contener a decir todo aquello con cierto enojo y celos.
Me arrepentí al instante cuando la cara de Bella se comenzó a desfigurar, primero por el asombro y luego por el asco. Ella sacudió la cabeza y clavo su mirada en la bandeja de la comida. Emmett comenzó a reírse histéricamente a lo que Rosalie acalló con un golpe en la nuca.
-No debiste ser tan directo, Edward- me reprocho tomando la mano de Bella.
-A veces es mejor decirlas así para que se le quite lo entrometida- dije juguetonamente acariciando el cabello de mi niña.
-La próxima vez dilo con más sutileza- me sonrió.
-Lo intentare- le asegure mientras besaba su mejilla.
Emmett y Rosalie me miraron unos segundos, luego a Bella. Prácticamente ya sabían de mis sentimientos, pero se sorprendieron que ya lo haya asimilado, ambos sonrieron al mismo tiempo, pero luego comenzaron los insultos y advertencias de lo mal que me iría si lastimaba a Bella en cualquier sentido.
-Tranquilos, eso no pasara. Jamás- les asegure mirando a Bella.
Ella encaro mi mirada estuvo a punto de preguntarme….
-Mejor me la aguanto- sacudió la cabeza y se levanto para tirar su comida.
-Las preguntas que debe hacer no las hace- se quejo Alice.
-Mejor así- la mire salir de la cafetería hacia el baño de mujeres-. No soportaría un rechazo.
-¿Dispuesto a conquistarle?- se burlo Emmett.
-¿Tu que crees?-levante mis cejas sugestivamente y chocamos los puños.
-Tenían que ser hombre- dijeron Rosalie y Alice rodando los ojos.
El timbre de fin del almuerzo sonó y me preocupe al ver que Bella aun no llegaba. Alice me aseguro que estaba un poco nerviosa por otra ronda de tiempo con humanos así que se había metido en el baño a refrescar su cara, también había mencionado algo con respecto al maquillaje de Bella, pero obvie esa parte.
Mis hermanos se levantaron y se marcharon, decidí quedarme a esperarla para que fuéramos juntos ya que ella no conocía aun la escuela. Mi preocupación aumento cuando los minutos pasaron y no tenía noticias de Bella. Me levante de mi asiento y camine a paso presuroso, humano, por los pasillos y fui hasta el baño de chicas, la llame por su nombre pero no obtuve respuesta.
Me fui hasta los demás baños y nada, fue hasta que oí el murmullo y los pensamientos de un idiota…
-Vamos, hermosa- su voz asquerosamente pegajosa y gangosa me daban nauseas-. Sabes que te encantara- mis ojos se nublaron cuando toco una de sus mejillas.
En menos de dos segundos estaba detrás de él sintiendo toda la ira golpearme el cuerpo. La ponzoñosa hervía en mi interior de solo verlo. Tenía a Bella acorralada en uno de los casilleros, tocaba su cara como si fuera la mas fina de las porcelanas, no por la fragilidad si no por el embelesamiento de su belleza, su cabeza imaginaba las peores pornografías… El muy imbécil no tenía ni idea de lo que se le veía.
Bella levanto su rostro acongojado al sentirme luego su rostro se crispo de terror y grito…
-¡No, Edward!
Pero ya era tarde tenía mi mano en el hombro del idiota y lo había triturado, escuche con placer el aullido de dolor y me motivo a querer partirle el cráneo y otros huesos, sin mencionar que tenía deseos de hacerle tragar su propio pene del que tanto estaba enorgullecido. Estaba por ir a su otro hombro cuando los pequeños brazos de Bella se enredaron en mi cintura.
-¡Detente!-gimió completamente asustada-. Por favor, Edward. No sigas- sollozo.
Cerré unos de mis brazos en su cintura y le enseñe mis dientes al patético de Newton…
-Vuelve a tocarla…solo mirarla o imaginarla y juro que el resto de tu cuerpo quedará en las misma condiciones que tu hombro- le amenace.
-¡Estas demente!- grito encolerizado y asustado, había retrocedido hasta golpear con su espalda uno de los casilleros.
-Ella es mía- apreté el cuerpo de Bella en uno de mis costados-. Estas advertido, Newton.
-¿Qué demonios pasa aquí?-grito el director de la escuela.
Mi estado de ánimo cambio drásticamente y supe por quien era. Recobre mi compostura y abrace el tembloroso cuerpo de mi ángel. Me di cuenta de que todos estaban a nuestro alrededor.
-¡He hecho una pregunta!- exclamó el viejo.
-¡Cullen me atacó!- sollozó como una niña el muy hijo de…-De la nada apareció y me quebró el hombro…
-¡Dile que estabas haciendo antes!- grite a punto de abalanzarme sobre él de nuevo, pero tres pared de brazos me sostuvieron.
Emmett y Jasper estaban a cada lado mío sosteniéndome, Bella estaba en frente y me rogaba que me detuviera. Pero yo solo tenía ojos y mente para Newton, para destrozarlo, despedazarlo, desollarlo vivo…
-¡Cálmate, Cullen!- grito a lo lejos el director…
-¡Dile canalla que intentabas abusar de Bella!-grite encolerizado, tanta era mi ira que mis hermanos estaban cediendo el agarre.
-¿Cómo es eso?-cuestiono el director mirando al Newton que se había puesto pálido y a Bella que sollozaba descontrolada sobre mi pecho-. ¿Señorita Cullen?
Bella se tenso y miro al director, luego me miro a mí y no se que habrá visto por que jadeo dolorosamente y hablo temblorosamente.
-Yo salía del baño para ir a mi siguiente clase, cuando él me acorralo en este lugar, comenzó a decirme cosas- tembló levemente-. También intento tocarme, fue en ese momento en que Edward llego…
Sonreí satisfecho por la actuación de mi niña y la cara del baboso de Newton, los murmullos no se hicieron esperar ya que todos habían aguantado hasta la respiración por saber que estaba pasando…
-No puedo creer eso de usted, Señor Newton- dijo verdaderamente apenado el director, ya que era tío del mocoso-. Lamento decir que esta suspendido por todo el primer trimestre y me pensaré sobre el segundo- sentenció mientras el idiota se lamentaba de dolor-. En cuanto a usted, Señor Cullen- se giro para mirarme ¡Oh, demonios!-. Usted también quedara suspendido por un mes del instituto.
-¿Por qué?-demando Bella escandalizada.
-Por pelear en el establecimiento.
-Me defendió a impidió que me hiciera algo- alego a mi favor.
-Eso no justifica el hombro roto de Newton- se encogió de hombros-. Tenía que recurrir a mí, yo soy el que hace los castigos en este lugar- la miro con suficiencia-. Hubiera esperado a la salida, joven- miro a los demás alumnos-. El espectáculo termino ¡A sus clases!- en medio segundo el pasillo quedo limpio- Tú- señalo a Jasper-. Llévalo a la enfermería.
-¿Esta seguro?- cuestionó mi hermano tenso-. Recuerde que Bella también es mi hermana y puede que en el camino quiebre mas cosas que Edward- sonrió macabramente a Newton y este se volvió blanco como el papel.
El hombre mayor miro a Emmett y este sonrió angelicalmente diciéndole indirectamente "No lo dice en serio". El director negó con la cabeza y llevo a Newton a la enfermería. En cuanto nos quedamos solos mis hermanos me soltaron lentamente. Ambos palearon mi espalda y la cabeza de Bella y se fueron a sus respectivas clases.
Mire a Bella que se había quedado callada y muy quita en su lugar, me acerque para abrazarla pero ella negó co su cabeza.
-Bella…
-Lo siento- me interrumpió-. Estaba tan concentrada en no lastimar al humano que…no tuve fuerzas para huir de él- alzo la vista cristalina por inexistentes lagrimas-. No quise meterte en problemas, no quería que te suspendieran…
Me acerque y la abrace fuertemente, ella me correspondió hundiendo su cara en mi pecho.
-No tienes que disculparte por nada- susurre en su oído-. Haría cualquier cosa por ti, Bella.
-Pero no arriesgarte a esto- se separo y me miro enojada-. Por mi culpa casi nos expongo…
-Eso es lo de menos- tome sus hombros y la mire fijamente-. Me importa una mierda que se descubra lo que somos, si de esa forma nadie se te acerca, no me importa.
Bella abrió los ojos con sorpresa, luego con admiración y cariño. Se lanzo a mis brazos y beso mi mejilla en repetidas ocasiones. Estuve tan tentado a besarla pero me refrene y me conforme con sus pequeños e inocentes besos.
-¿Quieres irte?-pregunte deteniendo la lluvia de besos.
-¿Podemos?- pregunto esperanzada.
-Claro. Podemos decir que no te sientes bien por lo que te paso y yo estoy expulsado así que….-deje la frase inconclusa encogiéndome de hombros.
Ella sonrió segadoramente y volvió a repartirme besos, claro que evitando mis labios. Me pregunte si en algún momento ella se sentiría tentada de besarme…
.
-¿Dónde estamos?-pregunto intentando mirar por entre mis dedos.
-Lo sabrás en su debido momento, no seas impaciente- le regañe y ella bufo molesta.
-Me siento impotente sin mis ojos- confeso y medio tropezó con una rama-. Demasiado.
No pude evitar reír ya que la situación era divertida.
-Tienes tus oídos y tu nariz- le susurre-. Además piensa en los ciegos…
-Ya, Edward- me corto el rollo divertida y yo volví a reír.
Seguí caminando detrás de ella, con ambas manos en sus ojos. Su cuerpo estaba levemente apoyado en el mío, podía sentir como su espalda rozaba con mi pecho y prácticamente me estaba volviendo loco, más el su aroma tan peculiar y obsesivo no ayudaban mucho a mi autocontrol.
A lo lejos pude ver el resplandeciente sol y los brillantes y alegres colores de las flores, sonreí al imaginar la reacción de Bella.
-Ya casi llegamos- le dije y la note ansiosa- ¿Puedes oler algo?
Ella levanto levemente la cabeza para poder oler el aire medio sonrió.
-¿Flores?
-Velo por ti misma- en ese momento quite mis manos y deje que ella mirara el claro que había descubierto algún tiempo atrás.
Se lo quedo mirando por un rato largo acercándose cuidadosamente a las flores, para suelo rozar con sus dedos los delicados pétalos de colores. Cuando llego al centro se inclino para poder olerlas, sonrió y olió otra. Mientras tanto yo me sentaba un poco alejado de ella, mirándola y deleitándome con su figura e inocencia. Había quedado medio hipnotizado por el brillo que desprendía su cuerpo a la luz del sol.
-¿No te vas a acercar?-pregunto levantando su mano para que yo la tomara.
Sin pensarlo dos veces me encontraba frente a ella con su mano en mi pecho, acaricie su rostro cincelado con diamantes, ella cerró sus ojos y apoyó su cara en mi mano. Me acerque un poco mas cegado por su belleza, podía sentir como su aliento se mezclaba con el mío, hasta podía saborearlo…
-Edward…-susurro aun con los ojos cerrados, mientras acercaba su rostro al mío.
-Ven, amor. Acércate un poco más- la incité mentalmente esperando a que ella iniciara el beso.
Creo que mis piernas se aflojaron un poco, por no decir demasiado, cuando sus labios rozaron los míos. Me sentí a desfallecer cuando los apoyo completamente con los míos. Tome su cara con ambas manos y moví mis labios lentamente sintiendo una explosión en mi cuerpo al sentirla corresponderme. Sus manos subieron con demasiada lentitud por mi pecho, hasta mis hombros, mi cuello y llegaron hasta mi pelo, donde se aferro a él con cierta desesperación. Mientras tanto yo baje mis manos a su cintura y la acerque un poco más a mí.
Si su primera reacción me había sido un tato sorprendente y casi infartante, y eso que mi corazón no funciona, ahora no sabía como explicar las sensaciones que me produjo el sentir su lengua en mi labio inferior, pidiendo permiso silenciosamente. Se lo concedí sin planteármelo si quiera, abrí mi boca y me deleite con el sabor de la suya, mi mente se nublo cuando ambas se entrelazaban y masajeaban. Era perfecto, simplemente perfecto.
No puedo explicar como es que me falto el aire por lo que tuve que romper el maravilloso beso, me alegro el saber que no era el único agitado. Recargué mi frente en la suya y la contemple con adoración casi.
-Emm… yo…- se removió un poco en mis brazos, pero no se alejo-. Son las gracias por defenderme…
-Si voy a recibir este tipo de agradecimiento, lo aré todos los días- frote mi nariz con la suya mientras me perdía en el sonido de su risa.
-Pensaba lo mismo- comento divertida.
Nos quedamos un rato en esa posición, abrazados, dándonos caricias castas, dulces… amorosas. No me quería precipitar a hablar y echar por la borda todo, pero me bastaba con que ella de a poco me respondiera, eso me daba la esperanza de que en algún futuro ambos podamos estar juntos.
-¿Edward?
-¿Si?
-¿Yo soy tuya?- Ok, me podría haber dicho miles de cosas, pero ¡¿Por qué tuvo que ser precisamente eso? No le respondí, de echo me tense automáticamente hasta ella lo noto-Si…yo soy tuya- se calló unos segundos- ¿Tu eres mío?- pregunto tímidamente, mirándome sobre sus espesas pestañas.
Se separe un poco para verle completamente sorprendido ¿Había escuchado bien?
-Claro…si tú me lo permites- se alejo un poco más de mi y bajo la mirada a sus manos, donde jugaba nerviosamente con sus dedos.
-Bella…
-Lo siento, he sido una imprudente yo…- no la deje terminar de hablar por que choque sus labios con los míos una vez más.
La bese con desesperación y anhelo, completamente feliz de que ella me pidiera que fuera suyo, solo suyo y ella me permitiera sentirla mía, gritarle a cualquiera que ella me pertenecía a mí, sin miedo a que ella se negara, pero no…ella me dio el permiso y me pidió que yo fuese suyo.
-Yo fui tuyo desde el momento en que pisaste la casa hace doce años- murmure contra sus labios-. No tienes que preguntarlo- me separe lo necesario para mirarla- ¿Tu quieres ser mía?- clave mis ojos en los de ella y creo haber visto que se sonrojara, lo cual era imposible, pero hubiera sido encantador.
-Si- su voz salia apenas en un susurro y fue tan bajo que me pareció no escucharlo, por lo que decidí molestarla un rato…
-Lo siento, no te escuche- sonreí sin poder evitarlo ella me miro con suspicacia.
-Dije que si- dijo un poco más fuerte pero decidí seguir molestándola.
-No se que me pasa hoy, no escucho bien- sacudí un poco mi oído con un dedo. Ella sonrió y me abrazo, pegando su boca en mi oído.
-Si, quiero ser tuya- ronroneo.
-Oh, ahora escuche- la abrace con fuerza, sintiendo la felicidad recorrer cada vena de mi cuerpo y escapar por mis poros.
.
-Hasta que se dignaron a volver- se quejo Emmett, nos miro un segundo y sonrió ampliamente- ¿A que se debe esas sonrisas de tontos?
Bella bajo la mirada y se sentó al lado de Esme, yo le gruñí a Emmett y me senté frente a ella.
-Al menos no estuvieron haciendo cochinadas, lo cual me hace felicitarte hermano…
-¡Emmett!- le regaño Esme y lo miro duramente.
-Gracias, mamá- dije de corazón.
-Ellos pueden hacerlo donde quieran sin necesidad de decírtelo- dijo con una enorme sonrisa acariciando la cabeza de Bella.
-Si. Gracias, mamá- respondió con sarcasmo Bella levantándose para ir al piso de arriba, estaba por seguirla cuando mis hermanas se adueñaron de Bella en medio de las escaleras y la llevaron a volantas.
-Tu madre y yo tenemos que hablar contigo, Edward- dijo Carlisle con tono serio.
Mierda.
-Es verdad- recordó Esme, me miro y me obligo a sentarme de nuevo en el sillón.
-¿Qué fue lo que pasó en el instituto?- cuestiono Carlisle.
Tanto yo como mis hermanos soltamos un gruñido. Emmett se removió en su lugar y Jasper tiro el libro que estaba leyendo. Yo de solo recordarlo quise ir a por el idiota de Newton.
-Un estúpido intento abusar de Bella- dijo entre dientes.
Tanto Esme como Carlisle se miraron sorprendidos, luego volvieron su miraba a mi rostro crispado por el enojo.
-Eso me había dicho el director, pero no creí que fuera cierto- balbuceo Esme.
-Bella se estaba conteniendo en no atacar al humano- comencé a explicar-. Al no tener experiencia no sabe como tocar a uno y debió pensar que lo mataría por lo que prácticamente dejo que el muy… cobarde la tocara, hasta que llegue yo.
-Y le trituro el hombro a Newton- Emmett me sonrió con aprobación.
-No es algo de lo que haya que enorgullecerse, Emmett- le reto Esme-. Pudiste haberle matado.
-Por lo que me importa- cruce mis brazos y mire la pantalla.
-Si yo fuera Edward, habría echo algo peor- intervino Jasper-. Supongo que deberían de estar agradecidos en vez de regañarle.
-Esta suspendido, Jasper- contesto Carlisle-. Por todo un mes ¡Y hoy empezaron el instituto!
-Hemos ido unas veinte veces, Carlisle- rezongo Emmett-. Yo creo que eso es lo de menos.
-Ustedes no defiendan a Edward- les reprocho Esme.
-Solo somos justos, Esme- Jasper se encogió de hombros y levanto su libro-. Si me hubiera pasado algo parecido con Alice, no lo dejo vivo. Creo que sería peor que un tonto hombro astillado.
Esme y Carlisle suspiraron y se miraron.
-Supongo que Jasper tiene razón- aceptó Carlisle-. Pero aun así estuvo mal.
-Como sea, esta advertido- me levante para irme a mi cuarto-. Si lo escucho pensar en Bella como lo estuvo haciendo, lo de su hombro no va a ser nada comparado con lo que le aré al resto del cuerpo.
Mis padres me miraron sorprendido mientras me marchaba, pero realmente me importaba poco lo que ellos pensaran, nadie tocaría y pensaría en Bella sin antes chocar contra mi puño. Ella me autorizo a reclamarla como mía, cumpliría con ello.
Entre en mi cuarto y cerré la puerta con fuerza. Estaba molesto, solo recordaba como acorralaba a Bella y la tocaba, como la imaginaba. Sin meditarlo rompí algo con mis manos y respire agitado por querer destruir aun mas cosas. Pase mis manos con desesperación por mi cabello, casi arrancándolo.
Una pequeña mano se poso en mi hombro, su aroma me inundó y toda la ira se disipó. La tome entre mis brazos y descanse mi cabeza en su hombro, relajándome sintiendo como sus dedos acariciaban mi cabello.
La amaba tanto que me ponía loco por cualquier cosa relacionada con ella y su seguridad.
Me tente a decirle esas palabras, pero no salían de mis labios.
Quizás no era el momento.
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